— ¿por qué no me dijiste antes que tu ex
novio vivía aquí? — estallé furioso.
Habíamos parado en una carretera, Lori
estaba dentro del auto aun durmiendo. Elissabet me miraba furiosa también, no
sé cuál Elissabet amo más “la que se enoja sexymente” o “la que llora y busca
mis labios”
— Sí te lo dije— me contestó furiosa
— ¿y por qué no lo recuerdo? — le
pregunté
— y yo como voy a saber, no me pones la
suficiente atención
— ¿ahora es mi culpa?
— sí, si no me hubieses embarazado
Alisson no me habría buscado y no tendríamos que habernos ido de Londres ni
hubiésemos visto al estúpido de Mike
— ¿De qué estás hablando? — Me mira sin
entender— el bebé se hace de dos, no de uno. Así que yo no tengo la culpa
solamente
— Eres un idiota— me mira enfurecida— no
quiero verte— dice comenzando a caminar por la orilla de la carretera.
Miro al cielo oscuro lleno de estrellas,
¿merezco este castigo? Le pregunto a
Dios si es que me escucha. Sigo a Elissabet por donde vi que se iba y la veo a
la distancia, camina enojada con su típico paso de chica sexy, niego con la
cabeza y corro en su dirección. Cuando la alcanzo, la abrazo por la cintura,
ella se detiene pero no se gira para verme.
— estoy enojada Edward, déjame
— No— aspiro su olor— hueles
extremadamente bien
— sabes que no me ganarás así, sigo
enojada
— Mírame— hago se gire y la miro
directamente a los ojos— no es culpa de ninguno, ¿está bien? Solo olvidemos
eso, además Oxford es grande, es casi imposible que nos encontremos con ese
idiota
— ¿no me odias?
— claro que no lady— le acaricio la
mejilla, ella me mira con sus hermosos ojos color chocolate.
Me acerco a sus labios y ella se acerca
a mí también, junto nuestros labios. Odio pelear con ella, pasa sus manos por
mi cuello y yo coloco mis manos en su cintura, muevo mi lengua sigilosamente
para hacerme paso entre sus labios, ella me permite el paso y deja que la guie
con míos. Me encanta besarla. Siento como tosen atrás de nosotros, nos
separamos rápidamente pero en contra de nuestra voluntad.
— Lamento molestarlos chicos pero,
desperté y no había nadie en el auto— se disculpa Lori
— No te preocupes, Edward paró el auto
porque me vinieron vómitos— se excusa mi lady, ¿Por qué le mintió?
— Es cierto, pero ya pasó ¿vamos? —
sonrío, ambas asienten y tomo de la mano a Elissabet para que vayamos pronto a
casa y poder hacernos uno… bueno… seríamos tres en vez de dos, digo recordando
al bebé.
Ambas me siguen en silencio, abro la
puerta del copiloto para Elissabet. Aun no puedo creer que yo estoy haciendo
esto, es decir, dije que nunca lo haría… y bueno… creo que Elissabet me tiene
idiotizado, ella entra y yo le pongo el cinturón… solo para poder rozar
nuestros cuerpos, cuando ya está asegurada beso nuevamente sus labios, ella me sonríe.
Le abro la puerta a Lori y ella entra. Me dirijo al asiento del piloto y cuando
estoy dentro prendo el auto para ir a casa. Nos vamos en el camino solo
escuchando la radio del auto, no quiero preguntarle aun a Elissabet por que le
mintió a Lori, giro en una esquina y creo que ya hemos llegado a la calle de
nuestra nueva casa: High Street.
Pasamos por un puente y noto como Elissabet baja la cabeza.
—
¿Qué pasa lady? — le pregunto preocupado
— Este es el puente Magdalene Bridge— me dice
— ¿y que hay con eso?
— Aquí nos desbordamos con mis padres—
susurra, veo como sus ojos se llenan de agua. Le tomo la mano y trato de pasar
lo más rápido el puente.
Veo una casa color ladrillo al final de
la calle, esa debe ser nuestra casa. Comienzo a bajar la velocidad del auto y
miro de reojo a Elissabet que rápidamente se limpia las lágrimas creyendo que
no me doy cuenta, miro la numeración de la casa y no cuadra con la enumeración
que tengo en el papel, miro nuevamente y no coincide.
— ¿Qué sucede cariño? — me pregunta
Elissabet
— La enumeración no coincide— le muestro
el papel y ella sonríe— ¿qué?
— Tenías el papel del otro lado amor—
ella gira el papel y la enumeración dice 996
— Ya sabía— le digo quitándole el papel,
se está burlando de mi
— Seguro— escucho como se ríe, prefiero
verla riendo que llorando
— Entonces no es esta casa— digo mirando
nuevamente el número de la casa, 725
— Gira a la Derecha, suben los números
hacia allá— me señala Elissabet
Doblo hacia la derecha, la calle se hace
más ancha hacia allá, veo como hay una subida y las casas comienzan a
desaparecer a medida que avanzamos, al ir subiendo por la calle veo a lo lejos
una casa color blanco. Elissabet me mira sorprendida, yo solo sonrío. Esa es la
casa.
Sigo avanzando y veo como Elissabet se
queda mirando el lago que está frente a la casa, paso por el pequeño puente que
separa al pueblo con esta casa. El bosque frondoso se abre paso mientras
conduzco. Detengo el auto frente a la casa y Elissabet no espera a que le abra
la puerta, se baja rápidamente como si hubiese visto la cosa más maravillosa
del mundo, se ve como una niña bajo el árbol de navidad esperando su regalo.
Despierto a Lori que volvió a dormirse,
ella me sonríe perezosa y se estira, le señalo donde viviremos y ella… al igual
que Elissabet se baja del auto emocionada.
La casa de color blanco, se ve hermosa
de noche. Le dije al cuidador de la casa que encendiera las luces alrededor de
las once y media de la noche ya que a esa hora llegaríamos, desde Londres hasta
acá son varias horas, y como la casa está amoblada solo teníamos que traer
nuestra ropa. La casa era un estilo rural muy bonito, los ladrillos pintados
con color blanco se notan que están gastados pero se mantienen firmes a pesar
del tiempo, el primer piso consta con dos ventanas ni muy pequeñas ni muy
grandes y el segundo tiene tres en el frente y dos por cada lado. Tiene para
cuatro autos, y un pequeño jardín delantero.
— ¿Te gusta lady? — pregunto colocándole
la alarma al auto
— ¿Qué si me gusta? — Ella me mira
emocionada— esto es genial, es hermoso… es perfecto— corre hacia mí y me abraza
— vaya, si siempre obtendré esa reacción
te compraré casa más seguido— le dije riéndome
— No despilfarres tu dinero
innecesariamente— me dijo alejándose de mí, mantuve sus manos juntas con las
mías
— okey, okey— me reí— ¿y a ti Lori? ¿Te
gustó? — ella aun miraba la casa
— Está muy bonita Edward— me sonrió
— Vamos, ¿solo me dirás que está linda? —
le pregunté
— No me voy a lanzar a ti para abrazarte—
se burló de Elissabet
— ¿por qué no le dijiste a tu novio que
viniera a acompañarnos? — preguntó mi lady
— Terminamos hace unas semanas— murmuró
— ¿por qué? — preguntó preocupada
— no quiero hablar de eso— comentó
— ¿Veamos la casa por dentro? — cambié
de tema
— Sí— animó Elissabet saltando como una
niña pequeña… nuevamente
Saqué las llaves de la casa que me
habían entregado hace unos días y me dirigí a la entrada que tenía un techo
pequeño sobre ella, ya quiero que vean el patio, el bebé podrá jugar tranquilo
allá. Abrí la puerta entrando para ver que todo estuviera en orden, mantuve la
puerta abierta para que las chicas entraran. Lo primero que nos recibe es algo
peludo de color café con leche, ensucia mis pantalones con sus patas llenas de
barro.
— ¿Qué es esto? — pregunto limpiando mis
pantalones de sus asquerosas patas
— Owww Edward me compraste un perrito—
dijo Elissabet tomándolo en brazo, el perro la lamía por toda la cara.
— ¿qué? No— contesté rápidamente— aleja
esa cosa de tu cara, solo yo puedo besarte así
—
Hay Edward ¿estás celoso? — No
contesté, ella se reía— ¡es un perro!
— sí, un perro que está pasando a la
línea de mi territorio
— ignóralo Julieta
— ¿quién es Julieta? — pregunté
— Ella— señaló a la bola de pelos que
tenía en brazos
— Pero que cosita más linda— dijo Lori
llegando junto con nosotros y acariciando al perro— ¿Cómo te llamas preciosura?
— Edward— le sonreí
— Tú no, hablaba de la verdadera
preciosura— dijo embobada con el perro
— Esta cosita tan linda se llama Julieta
y lo vamos a adoptar— dijo Elissabet sonriendo
— ¿Disculpa? — pregunté para comprobar
si había escuchado bien
~Elissabet
— ¿qué?
— ¿lo vamos a adoptar suena a mucho, no?
— preguntó Edward cruzado de brazos
— Me gusta este
perro, siempre quise tener un perro, ¿verdad que sí primor? — dije moviendo al
cachorro como el cachorro del “Rey León” cuando
lo presentan frente a los animales
— Anda Edward,
no seas malo— dijo Lori haciendo un puchero
— Tío Edward di
que sí— dije fingiendo la voz del perrito
— No soy tu tío
perro— luego se dio cuenta de lo estúpido que era estar gritándole a un
cachorro que no entendía lo que decía— Elissabet no lo adoptaremos, punto final
(…)
— Ven Julieta,
ven con tía Lori— decía ella subiendo las escaleras corriendo
— Aun no
entiendo cómo me convenciste de esa cosa— dijo Edward terminando de bajar las
maletas del auto, yo estaba sacando las sabanas de los muebles. La casa es
preciosa
— Hay bebé
siempre quise tener un perro— lo besé en los labios
— Prométeme que
no tocará mis cosas— dijo pasando sus manos por mi cintura, yo pasé mis manos
por su cuello
— Te lo prometo—
le sonreí para luego besarlo
…3 semanas
después…
— ¡MANJAR! —
Escucho el grito de Edward desde nuestra habitación, escucho las patitas del
cachorro correr por la baldosa— VEN ACÁ PULGOSO— Edward bajaba la escalera
furioso
— ¿Qué hiciste
ahora para que se enojara tanto? — le pregunté al cachorro que me miraba desde
la esquina de la cocina con su carita inocente
— ¿Dónde está
ese animalejo adoptado? — preguntó Edward enojado una vez que había llegado a
la cocina
— Cuidado con lo
que dices de mi nene— dije tomando al cachorro en brazos, comenzó a lamer mi
cara y le ladró a Edward
— ¡TÚ! — Gritó
señalando al cachorro— ¿Qué significa esto? — le mostró unos zapatos mordidos
en la punta. El cachorro ladró otra vez— no me vengas a decir que no sabes,
¿Por qué lo hiciste? — exigió saber. El perro ladró dos veces, me encantaba cuando
ladraba, era tan tierno— ¿Tenías hambre? Bueno entonces dile a tu madre que te
compre comida, no muerdas mis zapatos, te vas afuera hasta que aprendas— dijo quitándomelo de los brazos y tomándolo
del cuello— te quedas ahí hasta que
aprendas a no tocar mis cosas— el
cachorro quedó en el patio trasero de la casa, frente a la puerta. Inclinó su
cabeza— no me pongas esos ojitos de
ciervo degollado, esta vez no me ganaras—
dijo y se dirigió dónde estaba yo— ¿Qué fue lo que me dijiste cuando
acepté que se quedara?
— ¿que… siempre
quise tener uno?
— Después de eso
— ¿Qué… él te
alegraría el día?
— Nunca dijiste
eso— exclamó colocando una mueca extraña— dijiste que no tocaría mis cosas,
¿esto es no tocar mis cosas? — me mostró sus zapatos. Escuchamos un ladrido en
la cocina nuevamente, nos giramos a ver y Manjar nos miraba sentado en la
entrada de la cocina— ¿Qué haces tú acá? FUERA— dijo Edward señalando la
puerta. El cachorro se colocó en posición juguetona desafiando a Edward— no
perderé el tiempo jugando contigo— dijo riendo. El perro aun en posición
defensiva le ladró dos veces— ¿me estas desafiando? ¿Tú a mí? — el perro saltó
y giro en si mismo moviendo la cola— ya veremos quién gana. A la cuenta de tres—
dijo posicionándose— Tres— gritó y corrió fuera de la casa con el perro, yo
negué con la cabeza riendo.
— ¿Y esos dos? —
preguntó Lori entrando a la cocina
— Son unos niños—
me reí
— ahí está el
señor Elissabet no lo adoptaremos, punto
final— dijo imitando a Edward, nos reímos ambas a carcajadas
— ¿Qué tal te
fue en el supermercado?
— Bien, aquí
traje todas las cosas— dijo mostrándome las bolsas de compras
— ¿y mi comida? —
pregunté ansiosa
— Aquí están tus
bolsas de sangre— dejó otra bolsa en el mesón de la cocina
— Dame, dame— busqué
dentro de la bolsa la sangre tipo B
— ¿y los niños
son Edward y Manjar? — sonreí mientras bebía la bolsa, delicioso
— ¿Recuerdas
cuando era Julieta en vez de Manjar? — recordé los primeros días de Julieta en
vez de Manjar
— Cómo olvidarlo—
se río
……Unos días
anteriores……
— ¿Dónde está
esa perra regalona tuya? — preguntó Edward al ver que la cachorra no andaba por
aquí jugueteando
— Debe andar ahí—
dije sin prestarle mucha atención y seguí mirando el partido
— ¿Qué le ves al
futbol? — dijo al ver que yo miraba con mucha atención
— Hay Edward lo
que… ¡GOL! — grité levantándome y gritando repetidas veces al ver que el
Chelsea de Mourinho metía el segundo gol del partido— ¡MIRA EDWARD LO HIZO
EDEN! — dije moviéndolo varias veces
— ¿Quién? — dijo
mirándome extraño
— SE VA SACAR LA
CAMISETA— grité
— Mucha
televisión por hoy— dijo apagándola
— ¿Qué? — Grité—
¡Enciéndela, me perderé cuando hace su celebración! — traté de quitarle el
control de las manos inútilmente
— Te puedo hacer
yo una celebración— dijo levantándose del sofá y comenzando a sacarse la
camiseta lentamente
— Amor, puedes
ser muy atractivo… pero no le ganas a Eden o a André Schürrle o a César
Azpilicueta— dije encendiendo nuevamente la televisión, Eden lanzaba besos a la
cámara junto con André… casi me da un infarto— ¡MUEVETE! — dije empujando a
Edward que bailaba frente al televisor.
— ¿Sabes qué? —
Escuché mientras aun miraba embobada a los jugadores— me iré a buscar a
Julieta, ya que a ti no te interesa— vi cómo pasó por frente del televisor y
escuché cuando cerraba la puerta al salir.
Miré la
televisión como seguían jugando pero no podía concentrarme si Edward no estaba,
apagué el televisor en contra de mi voluntad, me levanté del sofá y me dirigí
afuera para ir a buscar a Edward, cerré la puerta ya que Lori no llegaría por
andar recorriendo el pueblo. Miré hacia la izquierda y vi que Edward hablaba
con una chica mientras Julieta olorizaba el césped.
— Que bueno que
encontraste a Julieta, Edward— dije acercándome a ellos. La chica me miraba
preguntándose quien rayos era yo. Tenía el cabello pelirrojo y unos imponentes
ojos azules.
— Ah sí, estaba
aquí jugando con Javiera— así que se llamaba así la tipa esa que me miraba de
pies a cabeza
— Hola— le
sonreí
— Hola, ¿eres la
hermana de Edward? — dijo sonriéndome hipócritamente
— No linda, soy
su…— no pude decirle porque siento como me llaman por teléfono— disculpen— dije
apartándome
— ¿Elissabet? —
escucho la voz de mi hermana al otro lado de la línea
— Caroline— dije
feliz de escucharla
— Muchos días
sin saber de ti, Andrew está ansioso por hablar contigo Cuando supo que te
habías ido él y Rose hicieron un gran show de enojo, pero luego se les pasó al
saber por qué se habían ido
— ¿De verdad?
Los extraño mucho— me giré y vi como La tipa esa llamada Javiera se reía muy a
gusto con Edward, ella vio que la estaba mirando y me sonrió con los ojos como
queriendo provocarme
— Nosotros
también a ustedes, ¿Cómo ha estado todo por allá? — preguntó, vi como Julieta
venía en mi dirección corriendo, y la tomé en brazos
— Perfecto ha
estado todo— hasta hoy, pensé— te presentaré a alguien
— ¿a quién?
— Julieta,
saluda— le dije a la cachorra, ella me miró inclinando la cabeza a la izquierda—
es tu tía, saluda
— ¿con quién
hablas Elissabet? ¿Quién es Julieta? — La cachorra miró el teléfono para luego
ladrar— ¿Es un perrito?
— Sí— le dije
riendo— se llama Julieta, la encontramos en la casa cuando llegamos.
— Owww cosita,
Elissabet luego te llamo me tengo que ir. Llegó Taylor— noté como sonreía
— Bueno, nos
vemos. Dale saludos a todos
— En tu nombre,
besos— dijo y colgué
Guardé el
teléfono y miré donde estaban Edward y… esa tipa, ¿me sentía celosa? ¿Esto
siente Edward cuando miro el futbol? Me sentí mal al darme cuenta de que Edward
probablemente se siente mal cuando lo dejo de lado por mirar el futbol. Aunque
es ridículo, ya que los futbolistas ni siquiera saben que existo. Dejé a
Julieta en el piso y me acerqué a ellos, ella estaba muy cerca de mi esposo
para mi gusto, escuché como ella lo invitaba a tomar algo
— Claro, ¿por
qué no? Edward ve, tienes que salir— le dije uniéndome, él me miró sin entender
— ¿ves? Tu
hermana aprueba que salgas conmigo, ¿verdad cuñada? — me sonrió, maldita
estúpida. ¿Cómo que la hermana? ¿Me dijo cuñada? ¿En serio?
— Ella no es mí…
— Sí, tienes que
salir más. Luego de que te dio ese herpes no has salido con chicas— dije
interrumpiéndolo
— ¿herpes? —
preguntó ella mirándolo sorprendida
— Sí, hacer un
trío no es muy sano— dije palmeando el nombre de mi “hermano”
— ¿un trío?
— No, no es… —
trató de explicar Edward
— A Edward no le
gusta hablar mucho de eso, le da vergüenza— le dije riendo, él me fulminaba con
la mirada y ella tenía una sonrisa incomoda
— Sí, creo que
me tengo que ir. Ya se me hizo tarde— se despedía ella
— ¿No quieres
que te pase el número de Edward? — le pregunté
— no tengo
teléfono, quizá luego nos veamos. Adiós— ella prácticamente arrancó de
nosotros, Edward me miró enfadado y yo le sonreí
— ¿Herpes? ¿En
serio?
— ¿Qué? —
pregunté inocente
— ¿No se te
ocurrió otra cosa más vergonzosa para alejarla de mí?
— ¿Disculpa? — Me
crucé de brazos— Fuiste tú el que no hizo nada cuando ella me llamó cuñada
— Iba a
aclararle que eras mi esposa cuando dijiste lo del Herpes
— ¿Por qué
dejaste que ella te coqueteara? — pregunté enfadada
— Solo estaba
socializando
— No era
necesario que estuviera tan cerca de ti, ahora iré a la casa. Vamos Julieta—
miré a la cachorra y vi… algo extraño, “Julieta” estaba haciendo sus
necesidades con la pata levantada, ¿no se supone que las hembras lo hacen
sentada?
— ¿Elissabet por
qué te pones tan celosa? — preguntó deteniéndome con el brazo
— Porque las
tipas te comen con la mirada y tú solo eres capaz de sonreír y negarme como tu
esposa— grité colérica
— No se trata de
eso— me explicaba frustrado
— ¿entonces de
que se trata? ¿Te avergüenzo? ¿Es eso?
— ¿Qué estás
diciendo?
— Tú nunca me
presentas como tu esposa, o como la futura madre de tu hijo ¿por qué?
— porque…
porque… no sé— gritó él exasperado— solo que me puse celoso cuando mirabas a
los idiotas del futbol y pensé que si me ponía a hablar con esta chica pensaría
mejor las cosas
— ¿qué? ¿Le
pedirías ayuda para hacerme entrar en razón? ¿O le dirías que te ayudara a
olvidarme?
— ELISSABET
ESCUCHATE— me gritaba él
— ¡ESCUCHATE TÚ!
¡TE PUSISTE CELOSO POR UNOS JUGADORES DE FUTBOL! ¿CREES QUE ES RACIONAL?
— NO, PERO NO
QUIERO PERDERTE. NO QUIERO QUE ME CAMBIES POR UN IDIOTA QUE JUEGA FUTBOL, NO
QUIERO PERDERTE POR UN ACTOR, NI POR UN CHICO PLAYBOY NI POR NINGÚN OTRO IDIOTA
QUE SE QUEDE MIRANDOTE MÁS DE LA CUENTA EL TRASERO, TE AMO Y TENGO MIEDO DE
PERDERTE— dijo moviéndome desesperado, yo le acaricié la mejilla conmovida
— No lo harás—
lo besé, él me devolvió el beso con pasión y deseo, con desesperación y locura,
con amor y ternura— Te amo solo a ti, y nunca dudaré de eso— le dije cuando nos
separamos
— ¿aunque los
idiotas del futbol te vengan a hacer un baile striptease? — preguntó juntando
nuestras frentes, me reí por sus ocurrencias
— Aunque la
selección completa de Inglaterra y Alemania junta venga a hacerme un baile
Striptease no te dejaré de amar
— Te amo— dijo
acariciando mi mejilla suavemente
— Y yo a ti— le
dije para luego besarnos
Escuchamos un
ladrido proveniente de Julieta, nos separamos para mirarla como estaba sentada
mirándonos. Edward la miró y escuché como dijo que oportuna me reí y recordé que la había visto haciendo sus
necesidades como macho, me agaché y comencé a rascarle la pancita para
verificar mi idea de que era romeo en vez de Julieta. La cachorra comenzó a
revolcarse en el césped y… bueno… comprobé la teoría de que era macho en vez de
hembra
— ¿Edward? —
dije riendo
— Sí ya noté que
no es Julieta— dijo él inclinándose igualmente
— ¿cómo no nos
dimos cuenta antes? — Él se encogió de hombros— ¿cómo le pondremos?
— Dime que no le
pondremos Romeo por favor— me reí
— No amor, no le
pondremos Romeo
— Gracias— nos
reímos
— ¿y si le
ponemos manjar?
— ¿Manjar? ¿Por
qué?
— Cuando fui con
mi familia a Chile nos dieron de probar manjar, y es como el dulce de leche de
este lugar solo que con otro nombre— le sonreí
— ¿y es rico? —
preguntó
— Es delicioso—
dije recordando el sabor tan dulce, con galletas y leche… y… oh mi Dios…
— ¿Por qué
manjar en todo caso y no dulce de leche?
— porque Dulce
de leche es más largo, además si vas a llamarlo no puedes decirle ven
dulce de leche corre, es mejor decir ven
manjar corre, es más corto y práctico. Además… me dieron ganas de comer
manjar— dije sobando mi estómago
— entonces
manjar será— me sonrió, nos levantamos y yo me dispuse a entrar a la casa, pero
siento que me detienen nuevamente del brazo, me giré y Edward me acercó a él
para besarme jodidamente delicioso, ¿Cómo serás Edward cubierto de Manjar?
…… Actualidad……
— ¿es muy celoso
verdad? — Dijo Lori devolviéndome a la realidad
— Sí, pero me
encanta que me cuide así— sonreí como tonta
— Se ven muy
lindos juntos— me sonrió sincera
— Gracias— le
sonreí— ¿te puedo preguntar algo?
— Claro— dijo
sacando la comida de las bolsas para preparar su almuerzo
— ¿Por qué
terminaste con Mario?
— no congeniamos
— ¿solo por eso?
— vi como ella caminaba rápidamente a la nevera para evitar el tema
— sí, él y yo no
nos llevaríamos nunca bien
— ¿y no hay
forma de que ustedes vuelvan?
— ¿por qué
quieres saber? — me miró detenidamente
— porque quiero
verte feliz
— No necesito a
un hombre para ser feliz— y dio el tema como zanjado, escuché unos gritos de
auxilio de parte de Edward y corrí rápidamente a ver dónde estaba. Cuando
llegué al patio trasero…
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Espero les haya gustado el capítulo ^.^
¿Quién adora a Manjar? ¿No es una ternura?
¿Quien odia y quiere asesinar a Javiera?
Edward con Herpes *muere de risa* ¿fue mala Elissabet o se lo merecía Edward?
¿Les gusta el futbol... o mejor los futbolistas? *cara picarona*
Actualizada ;)
Les pondré una foto de manjar justo.... aquí:
¿No es una ternura?
Esta genial!!!! Me encanto el nombre del cachorro <3
ResponderBorrarAaaw ame a manjar y esa javiera la odio y Elissabet es una loquilla y ya quiero saber que paso con edward aaaaa amo que sean celosos
ResponderBorraresta buenísima me encanto cuando actualizas
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