— ¿Qué haces?— digo impactada porque no quiere
sentarse a mi lado.
— si vamos a hablar quiero que siempre sepas que
eres más importante que mi orgullo y que te amo sobre todas las cosas, por eso
me quedo más abajo que tú, porque tú eres mi ángel guardián y estas sobre mí.
— no Edward— digo y me arrodillo junto a él— los
dos somos iguales.
— Elissabet yo te amo, y no sé porque comencé a
beber tu sangre— dice mirándome, y yo levanto una ceja— bueno, sí sé pero el
punto es que yo no me perdonaría el haberte matado, eres mi vida y quizá no soy
todo lo que necesitas y entiendo si me quieres dejar, pero yo lucharé contra
viento y marea si es necesario, para que estemos juntos. Elissabet te amo y no
me cansaré nunca de decírtelo.
— Edward— digo mirando mis manos— yo también te
amo, sé que nunca te lo digo… pero no sé, no estoy acostumbrada a decirlo,
entiendo que hayas bebido mi sangre, después de todo eres un vampiro y es lo
que comes, en un principio estaba enojada, pero descansando me di cuenta, que…
eres mi mundo, desde que te conocí estuviste presente en mi mente, día y noche.
No puedo estar separada de ti, porque te amo más que a mi vida, y si tuviera
que dar mi vida por ti lo haría— digo ahora levantando la mirada con los ojos
llenos de lágrimas.
— oh Elissabet perdóname— dice estrechándome entre
sus brazos— juro que nunca más lo haré, y si lo hago me mataría, porque lo que
menos quiero es hacerte daño, yo te amo y te lo repetiré cuantas veces sea
necesario, perdóname, porque si no me perdonas yo… yo… yo no sé qué haría.
— Edward no hay nada que perdonar, dejemos esto
atrás. Ya está todo perdonado— digo sonriéndole.
— te amo.
— y yo a ti— digo besándolo en sus suaves labios
que están mojado, él también está llorando.
— ¿me puedes prometer algo?— dice mirándome a los
ojos.
— sí
— no me dejes nunca— sus palabras me dejan en
shock igual que siempre, Amo a este hombre.
— nunca te dejare, porque sin ti yo no soy nada—
digo en un susurro la última parte.
— te lo repito nuevamente: te amo— dice levantando
mi barbilla.
— yo también te amo.
— Elissabet juro que nunca te abandonare, juro que
siempre estaremos juntos, juro que peleare por nuestro amor. Quiero estar
siempre contigo, porque tú tienes todo de mí. Mis secretos, mi destino, mi
ilusión y por sobre todo mi amor. Es para ti todo mi amor y todo de mí.
— Edward solo somos tú y yo, quiero estar siempre
junto a ti, porque tú me das todo con un beso. Cuando dices te amo mi corazón
palpita y da brincos de alegría. El destino nos juntó por algo y te amare con
todo, tus defectos y tus virtudes. Porque mi corazón es tuyo y siempre lo será.
Y no puedo estar sin ti porque te extraño— digo y siento sus labios sobre los
míos.
— no te preocupes, nunca te dejare— dice y me
abraza, estoy completa y locamente enamorada de este hombre. No sé cuánto
tiempo nos quedamos así, pero no quiero que termine nunca ese momento, lo miro
a los ojos y él me mira a mí, no hay nada que decir, porque nuestras miradas
hablan por nosotros— ¿has comido?
— no, pero tengo hambre
— vamos a que te cocine algo— dice levantándose y
extendiendo su mano.
Bajamos por las escaleras, tomados de la mano.
¿Qué haría yo sin él? Vamos a la cocina y me hace sentarme en la silla de la
cocina. Veo como él se mueve por la cocina y es tan lindo, todo él tanto por
dentro como por fuera. Mi corazón es suyo completamente y nada ni nadie me hará
cambiar de opinión. Un olor delicioso empieza a sentirse por la cocina, él da
vuelta la cabeza y me sonríe, sus labios son hermosos y sus ojos me miran con
el mismo amor que yo, ¿en qué momento me enamore tanto de él?
— ¿falta mucho?
— no, solo un poco de cocción y está listo.
— ¿Qué es?
— espagueti con carne
— que rico
— como tú— dice guiñándome un ojo y yo me
ruborizo, y bajo la cabeza.
Pasan unos pocos minutos y sigo viéndolo embobada,
hasta que él se da la vuelta y trae un delicioso plato con mi comida, inhalo
profundamente y huele delicioso.
— se ve muy bien.
— y sabe Aún mejor— dice dejándome el plato frente
a mí y besando mi mejilla, se sienta al frente mío. Mirándome mientras cómo.
— está muy rico, dele mis felicitaciones al chef.
— el chef dice que quiere un beso de sus labios
llenos de salsa— y yo rio.
— pues dígale al chef, que mis besos son para otra
persona.
— mmm, tendré que felicitar a esa persona por
tener tan buen gusto— dice sonriéndome— come que te tengo una sorpresa.
— ¿una sorpresa?— digo bebiendo mi jugo
— sip, y creo que te encantara.
Termino mi comida, rápido y él sonríe bajando la
mirada, limpio mi boca y él se levanta con una agilidad típica de él, me
levanta de la silla y nos dirigimos a la habitación de la música, ¿quiere
cantar nuevamente? Hace que entre y él cierra la puerta tras de mí, acomoda una
silla cerca del piano para que me siente, y él se sienta en el piano, se
acomoda bien y empieza una tonada muy linda y suave, toca precioso y empieza a
cantarme, no se cansa de decirme que me ama, pero no me importa. Me encanta
cuando lo dice, él es tan distinto a todos los hombres con los que he estado,
es distinto a Mike, sé que él nunca me engañaría.
Yo también lo amo y mucho más
de lo que creí amar a alguien, apoyo mi cabeza en una mano mientras lo escucho
embelesada, en toda la canción no deja de mirarme mientras canta. Canta con
tanto sentimiento que me doy cuenta de que todo lo que me dice es verdad, ojalá
nunca nos separemos.
Termina la canción con unas notas y me da esa
sonrisa típica suya, esa que pareciera ocultara mil secretos, esa que me
confirma todo lo que pienso, esa que me derrite por dentro.
— esta canción… es la que quería cantarte cuando
te pedí que fueras mi novia.
— Edward…— y no sé qué decir— eres…mi vida— le
sonrió.
— y tú el motivo de mi existencia— me sonríe y se
acerca a mis labios para fundirlo en un beso, distinto y único como siempre.
— ¿hay alguien aquí?— escucho la voz de Andrew en
el pasillo.
— no le digas nada— le digo a Edward susurrándole.
— pero…es tu hermano. Mi cuñado—dice susurrándome—
perdón pero él estaba preocupado por ti— y le grita a Andrew— estamos en la
sala de música.
— gracias, cariño. Ahora tengo que enfrentarme a
ese idiota— digo sarcástica, y enojada
— owww me dijiste cariño.
— fue sarcasmo genio— digo cruzándome de brazos.
— lo sé, pero me encanta cuando te enojas— dice
besando mi mejilla, y ahí se esfuma mi enojo.
— eso es trampa— digo riendo.
—si es la única forma en la que no estés enojada
conmigo, lo haré siempre— dice abrazándome.
— ¿Qué hacen los dos aquí con la puerta cerrada?—
dijo Andrew entrando por la puerta.
— adiós felicidad— digo sarcástica.
— lady, ya cálmate.
— ¿Edward podrías dejarnos solos?
— sí— dice soltándome.
— no— digo agarrándolo del brazo, como una niña
pequeña.
— calma lady, sus pensamientos son de
arrepentimiento— dice susurrándome en el oído.
—ok— digo y lo suelto. Él sale y Andrew cierra,
seguro Edward no escuchara.
— ¿así que va en serio lo de ustedes?— dice
señalando a la puerta, refiriéndose a Edward.
— si, ¿por?— digo parándome y cruzándome de
brazos.
— vamos Elissa…
— ¿Cómo me dijiste? ¿Elissa? ¿No que estabas
enojado conmigo?— digo interrumpiéndolo.
— no seas rencorosa, eres mi hermana, y te quiero.
— ¿rencorosa? ¿Por qué?
— hoy me llamó Taylor diciéndome que estabas en
enfermería. Casi se me para el corazón, y fui desesperado, cuando llegue allá,
no había nadie. Trate de llamarte pero me mandaba a buzón de voz, y no pude
venir a casa, porque tenía una prueba importante. Luego te intente llamar como
diez veces más, y le pregunte a las chicas que son tus amigas si te habían
visto, y me dijeron que habías ido a hablar con el director, fui a secretaria y
pregunte si te habían visto, me dijeron que no pero que el chico Lowell había
ido a justificar, no sé si Taylor o Edward. Y ahí seguí Aun más intranquilo, y
pues tenía clases y ahora vengo llegando y estoy muy arrepentido.
— también es mi culpa, debí haberte ayudado con
las cosas, después de todo cuatro días no son nada— digo arrepentida también.
— perdón.
— perdóname tú también. Es que he andado muy
bipolar últimamente, y he tenido algunas nauseas, y mareos.
— ¿Qué? Ah no es que mato a ese estúpido de allá
abajo— digo subiéndose las mangas, y bajando la escalera— maldito animal,
embarazaste a mi hermana— dice golpeando en la mandíbula a Edward que veía
televisión.
— ¿Qué rayos te pasa Brown?— dice sobándose la
mandíbula, Aunque sé que es actuación… o eso espero— yo no he embarazado a tu
hermana.
— ¿Cómo qué no? Ella tiene nauseas, mareos y esta
con cambios de humor, sé lo que significa. Ambos son novios, es natural— dice
enojado.
— Andrew cálmate, solo era una broma, no he tenido
nauseas, mareos o cambios de humor. Solo estaba jugando contigo.
— gracias lady hiciste que gruñón golpeara mi cara—
dijo usando el mismo sarcasmo que yo de hace un rato.
— pues yo no estoy seguro— dice confundido.
— hay por Dios, Andrew. Edward y yo Aun…no.
— ¿ah no?— dice mirándonos a ambos
— no— decimos al mismo tiempo.
— oh… eso cambia mucho las cosas. ¿De verdad Aun…no?
— de verdad, yo respeto a tu hermana y cuando
haga… eso, quiero que sea bajo la bendición de Dios y bajo la ley.
— ¿de verdad?— dice mirándolo incrédulo.
— si, yo quiero casarme con ella— ¿Qué? No, ósea
NO
— ¿Qué? ¿Estás loco?— digo enojada— yo no me
quiero casar, ni ahora ni nunca.
— ufff, esto va para largo. Edward perdón por el
golpe, y suerte con ella— dice golpeando su hombro y subiendo a su habitación.
— pero amor, ambos nos amamos.
— somos novios hace 3 días— digo mostrándole los
dedos
— nadie está diciendo que nos casaremos mañana.
— ni mañana ni nunca. Edward para mí la palabra la
matrimonio es sinónimo de error, malo, infidelidad, mentiras y todo eso, nunca
me he querido casar, y no lo haré Aunque sea contigo.
— a ver Elissabet,
no sé porque tienes esos conceptos del matrimonio, pero es todo lo contrario.
Ósea el matrimonio, es una unión permanente, eso está ligado al amor, el
respeto mutuo y aceptar a la otra persona tal y como es.
— Edward no, mira
mis padres eran casados, y su matrimonio a pesar de las peleas fue bueno, pero
no todos los matrimonios son así.
— pero nos
amamos, quizás en un par de años podamos casarnos.
— ¿y porque no
convivir?— digo tratando de razonar
— ¿Qué? ¿Estás
loca? Nunca me ha gustado convivir, es algo…no— dice moviendo la cabeza
negativamente con los ojos cerrados— la convivencia es para “probar” es para
los que no están seguros del amor por el otro, y entonces si ya no se quieren,
no los une nada. Ningún papel ni nada, solo serían 2 extraños con un pasado en
común. Yo no quiero eso.
— y yo no quiero casarme— digo enojada
— pues yo no quiero convivir.
— BIEN— le grito.
— bien, adiós— dice y sale enojado por la puerta, miro
por el agujero de la puerta y lo veo caminando hacia su auto, lo enciende y se
va.
— ¡DIOS!— grito enojada— no me voy a casar, no me va a
convencer, solo tenemos 3 días de novios, yo no quiero pensar en eso, no a esta
edad— digo caminando de un lado a otro, y hablando sola— IDIOTA— grito otra
vez.
— ¿Por qué hablas sola?— dice Andrew mirándome desde la
escalera.
— tú tienes la jodida culpa de todo— digo enterrando mi
dedo en su pecho.
— ¿y yo porque?— dice sorprendido
— te pusiste como loco, cuando te dije que tenía mareos y
todas esas mentiras— digo golpeándole el pecho, pero él ni se mueve.
— fue culpa tuya por haberme dicho eso, ósea a esta edad
cualquier chica esta propensa a estar embarazada— dice sujetándome los brazos
— sí cualquier chica, que hay tenido relaciones sexuales.
IMBECIL— le grito.
— ¿y yo que sabía que ese noviecito tuyo, era tan…?
— anticuado— completo su frase.
— respetuoso, cualquier chico a esa edad lo único que
quiere es eso, te lo digo por experiencia propia— dice sonriendo burlonamente
—ahora, está pensando en casarse y yo no quiero casarme—
digo cruzándome de brazos.
— hola familia, llegue— dice rose entrando por la puerta.
— estoy aquí con la loca de tu prima— dice gritando y
sentándose en el sofá del living.
— ¿Elissabet estas bien? Andrew me dijo que habías estado
en enfermería. ¿No estarás embarazada o sí?
— ¿Qué le dio a todo el mundo ahora?— digo hablando sola
y mirando al cielo, luego subo a mi habitación y cierro la puerta y la ventana.
Me lanzo a la cama y me pongo a pensar, por un lado, mis
padres tuvieron un matrimonio feliz, bueno sin contar lo del abandono de
Caroline, ellos eran felices casados, y siempre nos decían que saldríamos de la
casa casados y no a vivirnos con nuestras parejas, en ese entonces no pensaba
en chicos, solo pensaba en libros. Si yo antes leía muchos libros, pero luego
de que me hice novia de Mike, los deje, y nunca los retome. Además toda mujer
sueña con vestirse de blanco, Aunque la idea es graciosa porque la mayoría de
las tipas que se casan de blanco, están más usadas que pasamanos de autobuses,
cuando pequeña soñaba con casarme y que mi príncipe azul me esperara en el
altar.
Ahora sé que los príncipes azules nunca existieron, y puede que mi
esposo sea un vampiro, ¿y si el amor se le acaba? ¿Y si ya no me quiere luego
de casados? ¿Y si no quiere verme envejecer? Hay Dios, envejecer es mi mayor
problema, él siempre seguirá así de guapo, y yo…y yo… yo seré una pasa, bueno
quizás a los 50 no tenga arrugas porque no uso maquillaje, eso es un punto a
favor, pero Edward se va a cansar de mí, se cansara y buscara a otra tipa, no
quiero perderlo. No, pero tampoco quiero ser vampira, la idea de beber sangre
humana no me gusta, y que no tendré nietos, o hijos ni nada, solo seremos
Edward y yo, yo quiero ser madre, quiero pasar por ese hermoso proceso, y Aunque
amo a Edward él nunca podrá darme eso.
Mi miedo al matrimonio es que, he
conocido a muchos amigos de mi papá, bueno en realidad a sus familias, y
siempre los hijos viven con sus madres porque los padres, están divorciados.
Estoy segura de mi amor por Edward, pero no sé si estar segura del amor que él
siente por mí, y si solo quiere beber mí sangre. Hoy peleamos 2 veces, ¿y si
con el matrimonio eso se multiplica? Además convivir sirve para conocerlo más,
como sería vivir con él y todo eso, y si peleamos puedo buscar a alguien más. ~Hay
por Dios ¿Elissabet te estás escuchando? ¿Es que acaso crees que cambiar de
pareja es como cambiarse de ropa? NO~ Dice mi subconsciente, tiene razón, pero
no quiero pensar en el matrimonio, no a los 19, quizás más adelante. Siento un
golpe en la puerta
— no quiero ver a nadie— digo sin despegar mi cara de la
almohada, siguen tocando. ¿QUÉ?— digo ahora despegando la cara de la cama.
— ¿Elissabet? soy yo, Ana— ¿Ana? ¿Qué rayos hace ella
aquí?
— ¿hola?— digo abriendo la puerta, y veo que si es Ana,
me sorprende, no ha cambiado nada. Claro que no va a cambiar tonta, es vampira.
— hola— dice sonriendo tímida
— ¿Qué haces aquí?
— oh lo siento, ¿molesto? Si quieres puedo venir mañana—
dice dirigiéndose a la escalera.
— lo…lo siento, estoy algo alterada. Ven, pasa— digo
haciendo espacio para que entre.
— wow, linda habitación— dice entrando.
— ustedes también tienen dinero, incluso más que mi
familia.
— si, pero no tenemos tus diseños ni tu buen gusto—
parece que decir halagos es de familia
— eh… gracias— digo tímida ahora.
— ¿has sabido algo de Edward? Es que vi que tomo el auto
y se fue.
— eh… fue por mi culpa, siéntate— le indico mi cama.
— ¿Qué paso?, solo si quieres decirme. Sé que no
hablábamos hace mucho, pero eres la única amiga que tengo— dice sonriendo a
modo de disculpa.
— vaya que mucho tiempo, casi un año.
— si, es que… me fui de Londres y volví hace unos meses,
y no había salido.
— ¿ni siquiera a la universidad?
— no, es que… estaba encerrada— dice en volumen bajo casi
en un susurro.
— ¿encerrada? ¿Por
qué?
— porque me volví una “destripadora” por así decirlo—
dice haciendo comillas con los dedos— por eso Taylor y Edward se fueron
también, ellos fueron a buscarme.
— ¿y te encerraron para que no te escaparas o para que no
te los comieras a ellos?
—no nada de eso— dice riendo— es que yo no tenía mis
sentimientos en modo activo, los tenía en modo off
— no entiendo— digo haciendo una mueca
— verás cuando se es…— no dice la palabra, creo que es
para que no la escuchen— tus emociones y todo lo que sentías cuando eras
humano, se dobla o casi se triplica, por ejemplo, si tú eres enojona cuando
humana, cuando vampiro eres el triple.
— ¿ok? ¿Continua…?
— cuando empiezas a sentir culpa, por haber matado tanta
gente, es distinto a los humanos. Cuando vampiro, solo apagas tus sentimientos
y quedas sin nada, así de simple.
— ¿y cómo sé que tú no sigues siendo así?
— porque ya
me “rehabilite” ahora tengo sentimientos nuevamente, pero eso no fue por lo que
vine, querías distraerme.
— eh…— digo
riendo, y ella ríe conmigo— es que con Edward discutimos, porque él está
pensando en el matrimonio.
— y tú no
quieres.
— no es que
no quiera, es solo que soy muy joven, para pensar en eso. Recién tengo 19 y Aun
soy joven, quiero divertirme.
— ¿te puedo
hacer una pregunta?
— sí, claro
dime.
— ¿tú amas
a mi hermano?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario