~ Narradora
Luego de besarse bajo la lluvia, una escena muy romántica por cierto, los
dos tortolos se fueron jugando y riendo, poniéndose apodos a ver quién ganaba,
y ganó obviamente Edward con el apodo de “cachetitos”. Edward notaba que algo
andaba mal en su novia, ya que Aunque aparentaba una gran alegría en sus ojos
había algo extraño, claro ella Aun no comía y no quería decirle a Edward porque
éste se enojaría y ella obviamente no quería eso, no después de haberse
comprometido con él. Edward no quería que la chica estuviera mal así que se fue
por detrás y la levanto dejándola en sus hombros, ella reía… él reía y todo era
perfecto.
Hasta que llegaron a la casa de los Lowell, ahí Elissabet se sintió
extraña y Edward la notó tensa, la bajo de sus hombros, la tomo por la cintura
y entro con ella a la casa, al entrar en la casa Elissabet sintió unas ganas
enormes de comer, sus venas resaltaban y sus ojos se habían vuelto negros.
Edward la tomo por los hombros y le dijo “inhala
y exhala, sé que es difícil pero confía en mi” la chica lo miro a los ojos y se fue calmando,
él le dijo que esperara ahí, y se dirigió a la sala de estar donde habían cinco
personas reunidas, dos chicos uno rubio y uno moreno, obviamente Taylor el
último, y tres chicas, Lori, Caroline y… Ana que estaba llorando, Edward se preocupó
al instante, las chicas lo miraron, Lori con una expresión de alivio, Caroline
con una expresión de angustia y creo que una mezcla de enojo y Ana… Ana no
dejaba de mirar al chico. Elissabet comenzó a acercarse, y cuando ya estaba al
lado de Edward, todos voltearon a verla, Taylor, Caroline, Lori, Ana y…
— Andrew— dice pasmada
— eres un monstruo— dice mirándola con odio y lágrimas en los ojos
— Andrew Cálmate
— NO ME PIDAS QUE ME CALME, NO DESPUES DE TODO LO QUE ME HE ENTERADO— le
grita
— ELLA ES TU HERMANA
— mi hermana murió hace días, ella no es mi hermana— dice con asco
— MUCHO CUIDADO CON LO QUE LE DICES A ELISSABET ¿OISTE?— dice Edward
tomándolo de la camisa
— SUELTAME— dice enojado
— PÍDELE DISCULPAS
— nunca— dice llorando
— Edward… ya bájalo
— eras mi hermana— dice acercándose a Elissabet que está llorando
— es mejor que los dejemos solos— y todos salen dejando a Andrew y a Elissabet
solos en la habitación.
— sigo siendo tu hermana
— mi hermana está muerta— dice sentándose en el sofá con la cara entre las
manos
— mírame, sigo siendo yo. Tu odiosa, caprichosa, enojona y la hermana qué
más quieres— dice hincándose frente a Andrew, pero éste no levanta la vista
— ¿sabes cuánto sufrí? ¿Sabes qué sentí al saber que perdía a mi hermana
menor? ¿Sabes todo el remordimiento que sentía? Y ahora, me encuentro con que
estas viva… y ni siquiera me lo dijiste tuve que verte en el zoológico, saliste
huyendo de ahí como una cobarde, luego llegó acá y… y… me confiesan que mi otra
hermana es vampira, que la chica que amo es vampira, que mi mejor amigo es
vampiro, que hasta mi cuñado es vampiro. ¿Sabes lo estúpido que suena eso?
— Sé que es difícil de creer…
— ¿difícil? Esto es imposible, esto nunca creí que haya existido, y mira…
todo lo que nos rodea es de otro mundo, quizás hasta yo sea un fenómeno
— ¿crees que soy un fenómeno?— dice la chica dolida
— creo… creo que mis padres estarían decepcionados de ti, creo que eres…
eres una vergüenza para la familia— con eso la chica ya no pudo más, le dolió
escuchar eso, le dolió saber que su hermano pensaba eso de ella— hubiese sido
mejor que hubieses muerto
— ERES UN JODIDO IDIOTA ANDREW, PUDRETE, VETE AL INFIERNO Y NO VUELVAS A
HABLARME NUNCA MÁS EN TU MISERABLE VIDA, TE ODIO Y NUNCA… ESCUCHAME BIEN NUNCA
TE LO VOY A PERDONAR— dice saliendo de ahí.
Y ahí queda el chico, pensando, llorando y odiando. Los chicos que
obviamente habían escuchado todo, apenas escucharon los gritos de Elissabet
subieron a ver qué pasaba, ya que estaban en el sótano, encontraron todo vacío,
la puerta abierta, la lluvia se escuchaba y no sabían que había pasado
exactamente.
— Ana ve a buscar a Elissabet afuera, Taylor ve a ver dónde está Andrew,
Caroline acompáñalo, yo iré arriba a ver si está ahí Elissabet— dice Edward subiendo
las escaleras
— ¿Qué hago yo? ¿Me quedo a ver dibujos animados?— dice Lori irónica
— haz los que se te pegue la regalada gana— dice desapareciendo por las
escaleras.
La chica siente rabia, al ver que todos se preocupan por la sanguijuela de Elissabet,
ni que fuera tan importante piensa,
toma su abrigo y el paragua que había ahí y sale sin rumbo.
Camina y camina
pensando en Por qué nunca tuvo a gente que se preocupara así de ella, por qué
nunca tuvo una familia verdadera, porque cuando encontró a su verdadero amor se
lo arrebatan así de golpe, mira hacia delante y escucha gemidos de llanto. Ella
se acerca pensando que puede haber alguien herido, y al seguir avanzando ve un
bulto con una rama en la pierna, parece estar atorado sin poder levantarse. De
ahí proviene el llanto.
— ¿hey? ¿Qué te pasó?— dice acercándose a la persona que está llorando
— me atoré, no puedo levantarme, hubo un rayo y me cayó el árbol en la
pierna, me duele— dice la voz de una chica… esa voz a Lori le parece conocida
— ¿Elissabet?— dice sorprendida
— ¿Tori?— dice sorprendida igualmente— ¿me andabas buscando?
— Soy Lori y claro que no, solo… olvídalo déjame ayudarte— dice acercándose a la chica
que está sorprendida Aun
— ¿no que me odiabas?
— ¿no que eras vampira?— dice levantando el tronco sin mucho esfuerzo
— mi transformación Aun no está completa, debo beber sangre para
completarla
— oh… no te odio es solo que…— no pudo terminar de hablar porque un
relámpago golpeo otro árbol, comenzó a salir humo del árbol, la lluvia había
parado pero todo estaba muy húmedo, ellas comienzan a toser.
— salgamos de aquí— dice tomando el brazo de Lori y subiendo el cerro en el
que estaban.
Está todo resbaloso y con barro, las chicas comienzan a subir pero a Elissabet le cuesta por su pierna
herida, Lori le dice que se apoye en ella y comienzan a subir juntas el cerro,
la lluvia comienza nuevamente y está mucho más intensa que como estaba, caen
truenos y relámpagos que golpean los árboles, el viento no ayuda mucho y a lo
lejos las chicas ven una casa está toda oscura así que suponen que está
abandonada, caminan hacia ella y un árbol cae impidiendo la pasada queda un
pequeño espacio abajo del árbol por donde pueden pasar, Lori le dice a Elissabet
que ella pasa primero para así poder afirmarla, Elissabet se apoya en el árbol,
su pierna le duele demasiado y espera que Lori pase, le grita que ya está del
otro lado.
El árbol es grande y ancho, está a punto de caer ya que quedó
atrapado en otro árbol que está a punto de quebrarse, Elissabet con su pierna
herida se agacha y pasa por debajo del tronco del árbol, el árbol que lo
sostiene comienza a quebrarse y el árbol que bloquea el camino comienza a caer
más mientras Elissabet lo cruza, Lori está nerviosa y le estira la mano a Elissabet
para ayudarla.
— vamos, ya falta poco, toma mi mano— pero Elissabet Aun no alcanza, el
árbol que lo sostiene está casi quebrado y el tronco está a punto de aplastar a
Elissabet
— no puedo, mi pierna me duele demasiado— dice angustiada
— toma mi mano, rápido el árbol ya no podrá resistir mucho más
— vete, déjame aquí
— nunca, dame la mano— dice estirándose lo más que puede
— no alcanzo— dice avanzando más y tratando de agarrar el brazo de Lori
— un… poco… más— dice estirándose, y siente la punta de los dedos de Elissabet
en su mano— casi te tengo, avanza tú eres fuerte, sé que puedes— y siente como
el árbol está afirmándose en una rama que está demasiado endeble— ¡Elissabet!—
y tira la mano de la castaña, sacándola justo cuando el árbol se rompe y el
tronco cae.
— me salvaste— dice llorando— gracias— se levanta a penas y la abraza.
— vamos— dice secando una lagrima del ojo que se le había escapado.
Las chicas avanzan hasta la casa, es de madera con un techo rojo, está un
poco descuidada lo que significa que no ha vivido nadie ahí por mucho tiempo,
cuando están en la puerta de la casa, empujan la puerta pero cuesta que se
abra.
— ¿Qué hacemos?— dice cansada
— a la cuenta de tres, empujamos juntas
— bueno, uno…
— dos…
— tres…— dicen al mismo tiempo empujando la puerta, y se abre de golpe,
haciendo que ambas caigan al entrar en la casa.
Ellas se miraron, y al momento rieron.
— ¿Quién lo diría?
— ¿Qué cosa?— dice levantándose y ayudando a Elissabet también a levantarse
— que fuera tú quien me haya encontrado en el bosque
— ni siquiera quería encontrarme contigo… y míranos ahora estamos en una
misma casa, riendo y con mucho frio— dice riendo
— veamos si hay algo con lo que podamos darnos calor— dice la castaña
terminando de reír con Lori.
Las chicas comienzan a buscar algo para no sentir tanto el frío, Lori va a
buscar en las habitaciones si hay ropa de cama o algo por el estilo, mientras
que Elissabet busca como prender la chimenea que está en la sala de estar, va a
la cocina, y ve un encendedor. Con un
encendedor no prenderás una chimenea Elissabet dice para sí misma, prueba
en la cocina si el encendedor funciona, así puede ocupar un papel y tirarlo a
la leña que espera esté seca, para prender el fuego. Pone en el encendedor en
la cocina, pero no prende, lo intenta nuevamente… pero nada.
— ¿viste si el gas está funcionando?— dice la chica apareciendo en la
entrada de la cocina
— la cocina no es mi fuerte— dice excusándose
— eres una niña mimada— a lo que Elissabet en vez de enojarse se ríe, y eso
sorprende a Lori— ¿Qué le hiciste a la verdadera Elissabet?
— ¿de qué estás hablando?
— normalmente la otra Elissabet se enoja por todo.
— oh…— y comienza a reírse— pues… la lluvia definitivamente mejora mi humor
— ¿y el anillo también?— Elissabet traga incomoda— ¿de verdad lo amas?
— daría… mi vida por él si es necesario— dice ella mirando su anillo
— Había que dar el gas, pondré agua y ¿quieres leche?
— me encantaría, pero no hay— dice la chica mirando dentro de la nevera
— ahora si— dice chasqueando los dedos, y una caja de leche aparece en sus
manos
— creí que tus poderes solo hacían cosas más complicadas
— hacer aparecer una leche también es complicado— dice sintiéndose
ofendida, Elissabet levanta una ceja— vale, vale no es tan complicado pero es
parte de los poderes, además quería leche con café
— ok— dice riendo— dame un poco de fuego para la chimenea
— no te preocupes ya la encendí, y en el sofá hay frazadas para el frío
— vaya que pensaste en todo— dice saliendo de la cocina
— toma— dice entregándole una taza de café con leche que a Elissabet le
huele muy bien
— ¿usaste los poderes de nuevo, verdad?
— un poquito— dice sonriendo— ¿y bien?
— ¿y bien qué?
— hablemos
— ¿de qué?
— de Edward
— ¿te gusta no es así?— dice la castaña insegura
— Elissabet…
— contesta
— es lindo, amable, tierno y muchas cosas más… pero no
— ¿entonces por qué me odias?
— ya te dije que no te odio
— pero…
— quizás no me agradabas ¿vale? Pero no te odiaba
— ¿Por qué no te agradaba?
— porque Edward sufrió mucho por ti, y a ti realmente no te importaba
— sí me importaba
— ¿o sea que tú también dejaste de comer al punto de casi morirte?
— Sí
— no te creo
— no me creas, pero yo sé que es verdad, sé que cometí un grave error al
decirle “maldito chupasangre” que no debí haberle dicho que era un monstruo y
que no quería volver a verlo, porque después me di cuenta que me gustaba y que
no debí nunca haberme apartado de él
— ¿te gustaba?
— no iba a decir que lo amaba, en ese momento no lo amaba. A penas lo
conocía, pero ahora… ahora estoy segura que lo amo
— ¿Cómo sabes que lo amas?
— porque cada mañana despierto ansiosa por verlo, porque cada vez que lo
veo mi corazón se acelera… se aceleraba a mil por ciento… porque…— Elissabet
dejó de hablar, ya que en ese momento se empezó a sentir mal
— ¿Elissabet? ¿Todo bien? ¿Qué te pasa?— dice al ver a la castaña pálida
— nada, solo me maree
— dime la verdad, estás pálida, tus labios están morados, y cada vez te ves
peor
— Aun… no bebo… sangre… me estoy
mu…riendo— y la taza suena al romperse
— ¿QUÉ? Elissabet TENDRÍAS QUE HABER COMIDO HACE HORAS
— lo… sé
— no hay nadie en kilómetros, ¿De dónde beberás sangre?
— no…lo… sé— dice la castaña y comienza a tiritar de frío
— toma mi café, y tapate bien, mientras busco que hacer— dice la chica
yendo hacia la cocina— ¿Dios mío que hago? Ella no puede morir, porque si muere
pensarían que lo hice yo, y yo quiero ayudarla porque parece agradable, a veces
uno juzga a una persona sin conocerla, y son muy distintas a como uno cree, en
cambio ella es muy distinta a como la creía. No hay personas aquí en
kilómetros, solo hay una opción.
— ¿Lori?— dice la chica en voz apenas audible
— Bebe mi sangre— dice subiéndose la manga
— claro…que… no—
dice sonriendo débilmente, ahora la castaña está recostada en el sofá y está
más pálida que antes
— bébela, no
tienes otra opción
— sé… que…
sonaré… muy dramática… pero… dile a Edward que… lo amo— sonríe débilmente
— ok, debes
saber que odio las novelas mexicanas y debiste haberlo sacado de ahí, así que
ya basta y toma— dice cortando su muñeca con un cuchillo que había tomado de la
cocina
— ¡LORI… NO!
— bébela— dice
acercando el brazo por el que corre sangre.
Elissabet la
mira a los ojos y Lori asiente, Elissabet poco a poco comienza a acercarse al
brazo de Lori y comienza a beber la sangre, Lori decide no mirar y se pregunta
¿Por qué hace esto por una vampira? Porque ella… no… es Alisson, ella no mató a
Jacob y porque ella de verdad sabe lo que es el amor. Elissabet se aleja del
brazo poco a poco, y Lori la mira extrañada
— ¿qué?
— ¿solo beberás
eso? ¿Cómo pudiste detenerte?
— es sólo
autocontrol, es sencillo
— estas
recuperando el color de tu cara, y tus labios vuelven a ser rosados
— no quiero
beber sangre humana, eso me ayudó a beber lo suficiente supongo.
— no eres una
vampira cualquiera, sanguijuela
— gracias, creo—
sonríe— cadabra
— ¿te cuento un
secreto?
— ¿Qué pasa?
— cuando
regresé a Londres hace un par de días, conocí a un chico de tez blanca, era
alto y se veía muy guapo con su cabello rubio ondeando con el viento, vestía una chaqueta de cuero y estaba parado al lado
de una moto, me vio mirándolo y me sonrío— dice ella sonriendo tontamente— ¡ME
SONRÍO!
— mmm parece
que a alguien le robaron el corazón— dice sonriendo y codeándola
— puf… claro
que no— dice riendo nerviosa
— ¿era sexy?
— mucho— dice y
se le escapa un suspiro inesperado
— ¡Dios mío
suspiraste!
— ¡se me
escapó! — Elissabet se ríe— promete no decir nada
— pero…
— ¡promételo!
— Bien, lo
prometo— dice levantando una mano
— le diré a
Edward que eres confiable, para que te cuente su secreto
— ¿secreto?
¿Qué secreto?
— ¿Quién dijo
secreto? Yo dije, “le diré a Edward que
te dé un reto” ¿conoces el juego de verdad y reto? Pues a eso me refería
— Lori eres una
pésima mentirosa, dime ¿De qué secreto estás hablando?
— ya te dije que a ninguno
— dime
— pero…
— dime
— no puedo
— ¿Por qué?
— Edward me hizo prometerle que no se lo diría a nadie nunca
— pero tú lo sabes
— sí pero él no me lo dijo, cuando nos conocimos lo toqué accidentalmente y
ahí vi toda su vida, incluido su secreto
— Edward Lowell está en serios problemas— dice levantándose de ahí
— ¿a dónde vas?
— a casa, ahora soy una vampira completa, mis emociones están más maximizadas,
soy mucho más segura que antes y no es posible que él me haya ocultado un
secreto.
— voy contigo
— está bien, pero hay que apagar la chimenea— Lori tira un soplido hacia la
fogata y ésta se apaga
— listo, vamos— dice sonriendo
— ¿Por qué estas feliz?
— porque Edward está en problemas
— eres rara— dice mirándola extrañada— me agradas— le sonríe— vamos— y
ambas se encaminan hacia la casa de los Lowell.
Al llegar allá, Elissabet abre la puerta y ve como Edward está del otro
lado como si hubiese sentido que ella llegaba.
— Lady— dice abrazándola, pero ella se separa rápidamente
— ¿A qué secreto se refiere Lori?— y él queda impactado ante esta pregunta
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