~ Elissabet.
— Elissabet, Caroline— dijo mirándonos— somos vampiros
— Que
gracioso Edward— dije riéndome— vamos ya dinos la verdad.
— Esa es la verdad Elissabet — dijo mirándome serio
— sí y
yo soy una bruja, Caroline un duende, y Andrew santa Claus— decía burlándome
— Elissabet te quieres dejar de burlar, te estamos contando
algo que es serio, y tú te ríes, y te burles, ¿crees que no es un tema importante?
— Elissabet cálmate, deja que nos expliquen, deben tener una
buena razón, ¿verdad que si Taylor? No puede ser que sean vampiros— decía
riendo sin ganas, quería que Taylor me dijera que no era verdad, a él le iba a
creer… pero él no levantó la vista— es que no puede ser— dije levantándome
desesperada.
— Deja que te
expliquemos…— habló Taylor por primera vez
— ¿Qué
nos van a explicar? ¿Que son seres sobrenaturales?, ¿que se hicieron los lindos
con nosotras para poder chuparnos la maldita sangre?
— no ¿Cómo puedes decir
eso Elissabet…?
—
entonces dime la verdad Edward, ¿Por qué así te llamas no? ¿O eso también era
mentira?
— basta Elissabet — dijo enojado Taylor
— ahora
salió él, el defensor de los vampiros, el chico que nunca se equivoca, el chico
perfecto
Taylor me empezó a
mirar con odio, pero luego su mirada se transformó, no dejo de mirarme, y por
una rara sensación me sentía tranquila, de hecho quería escuchar, que era lo
que tenían que explicar, en cierto modo, me sentía feliz, que raro.
— ven Elissabet siéntate, a mí tampoco me gusta la idea que el
chico que amaba sea un vampiro, para serte franca, me da miedo, pero por alguna
extraña razón quiero escuchar que quieren decir— Caroline palmeo a un lado de
sus asiento, y me senté junto a ella, esperando lo que… ellos, nos tenían que
contar.
— Bien,
escuchemos lo que los hermanos Lowell nos tienen que decir— dije acomodándome
en el sillón.
~ Edward
— Bueno tomo empezó en
el año 1845— aquí vamos.
*Flash—Back*
Era una linda tarde de
primavera, los pájaros cantaban, se escuchaba a los niños jugar, a las madres
tomando el té, mientras que mis hermanos y yo, cantábamos, yo tocaba el piano
en la sala de estar, Taylor tenía 16 años y era un chico tranquilo y muy
maduro, estábamos tomando clases de canto y piano, Ana tenía 14 años, estaba en
plena juventud, cantaba como un ángel, era muy linda, cada día tenía un nuevo
muchacho cortejándola, pero al parecer a ella no le importaba, y yo bueno yo
tenía 20 años, solo quería divertirme, y escribir canciones aquí y allá, con
Ana le decíamos a Taylor cerebrito, no dejaba en ningún momento los libros, estábamos practicando, y Taylor sólo
observaba, escuchaba, y se deleitaba, mamá y papá salieron a dar un paseo, nos
dijeron que hoy llegarían visitas, que nos preparamos bien, y que nos
vistiéramos con nuestra mejor ropa, ya que eran de la realeza, y que honor
seria recibir a alguien de la realeza en nuestra casa, yo vestía con una camisa
blanca, y un traje azul marino, Ana un vestido morado, que era
largo, y Taylor tenía un traje negro, con una camisa blanca, una chaqueta sin
mangas y otra chaqueta más encima. Mientras tocaba de tan agradable melodía,
siento que aparca un carruaje fuera de la casa, todos nos miramos y salimos a
recibir a nuestra visita, a quien engaño, queríamos saber quién era, incluso
habíamos apostado quien era, Taylor dijo que sería una señora de unos 65 años,
Ana que sería un chico de 20 años, y yo dije que era una muchacha de unos
aproximadamente 18 años, sabía que era imposible, pero se vale soñar…
Cuando vimos que el chofer le abría la puerta a un
chico de 19 años creo, o incluso 20, rayos Ana tenía razón, ella sonrió en
nuestra dirección mientras con Taylor nos
mirábamos rendidos, otra vez nos ganaba y nuestra hermana pequeña, nuestra
sorpresa fue ver, que el chico ayudaba a bajar a una hermosa señorita de unos
17 o 18 años, ella era una hermosa chica, parecía haber sido sacada de un
libro, una señorita de unos ojos azules como el mar, y un cabello rubio como el
oro, el chico, era parecido a ella, bueno no tanto, él tenía el cabello castaño
oscuro, y ojos azules, solo se parecían en eso, bueno sigamos con la chica,
bajo delicadamente del carruaje, y sonrió en nuestra dirección, con Taylor la
mirábamos embobados, y Ana miraba como tonta al chico, que en mi opinión no era
nada lindo. Bueno la chica se dirigió en nuestra dirección, tomada del brazo
del chico, hasta que…
— Buenas tardes— dijo haciendo una reverencia el
chico y tomando la mano de mi hermana y besándola, me dio celos lo admito— soy
Fernando Tisdale— dijo sin sacar los ojos de mi hermana, imbécil.
— Buenas tardes señor Tisdale, nosotros somos los Lowell,
Taylor— dije señalando a mi hermano— Ana, nuestra hermana menor— dije
señalándola, vi como el chico no dejaba de mirarla a los ojos, lo que hacía que
se ruborizara— y yo soy Edward— dije estrechando fuertemente su mano
— Hermano, ¿no me vas a presentar?— dijo la
hermosa chica, que voz tan dulce, era como escuchar una cascada caer.
— Claro, señores Lowell, señorita— dijo mirando a
mi hermana, otra vez— ella es Alisson Tisdale mi hermana menor.
— buenas tardes familia Lowell, un gusto— dijo
inclinándose en forma de saludo, Yo le hice una reverencia, y Taylor le dio un
beso en su mano, estaba perfumada, olía a rosas, que agradable.
— ¿quieren pasar?
— Sí, vamos— dijo pasando junto con su hermana.
Pasamos a la sala, y le dije a los empleados, que
llevaran las maletas de los invitados, a sus respectivas habitaciones, la chica
tan dulce y con cara angelical, pasaba sus delicados dedos por las teclas del
piano.
— ¿toca usted el piano señora Tisdale?
—Dime Alisson, la Señora Tisdale era mi madre,
además no me veo tan anciana, ¿verdad?
—No, disculpe si la ofendí— dije sin mirarla a los
ojos, sabía que si lo hacía me perdería en ellos
—Que chico tan educado— dijo levantando mi mentón
con su mano… su tacto sobre mi provocó cosas… que… no sé cómo explicar— ¿tú
tocas el piano?
—sí, ¿quiere que le muestre algo de mi música?
—por supuesto
Comencé a tocar el piano, y me perdí en mi mundo…
nuevamente, siempre que tocaba el piano me perdía en él, mire de reojo y Alisson
me miraba sin pestañear, tiene una sonrisa en sus rosados labios, y estaba
cruzada de brazos. Busqué a Taylor por la sala para mostrarle que la chica ya
era mía, pero él no estaba en ninguna parte, seguí tocando y cuando terminé… vi
que mis padres estaban con unas maletas.
—Cuida bien a tus hermanos cariño— dijo mi madre
besando mi frente y dándome una bendición
— ¿se van?
—Tus abuelo no están bien de salud— dijo mi padre,
sus ojos estaban rojos… había estado llorando
— ¿volverán pronto?
—no lo sabemos, todo depende de la salud de tus
abuelos
—díganles que se mejoren pronto porque quiero que
en un futuro conozcan a sus bisnietos
—Nosotros se lo diremos cariño— mi madre vuelve a
besarme y mi padre me abraza, luego toma las maletas, se despide de los chicos
y salen.
—Mi madre estaba mal, ¿tú sabes que le pasó?— le
dije a Taylor que venía saliendo de la cocina
—no, pero algo anda mal
— ¿a qué te refieres?
— no sé si mis abuelos…se recuperen… de esto
No hay comentarios.:
Publicar un comentario