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domingo, 19 de octubre de 2014

Capítulo 1~ ATP



— Si así como lo oyes, me lo dijo hace un momento— se queda callado— ¿Cómo quieres que lo sepa? ESTO ES IMPOSIBLE— grita al teléfono, estoy en la cama, con los brazos alrededor de mis rodillas, me apoyo en ellas… ya que mi apoyo está gritándole a no sé quién por teléfono— luego te llamo— dice aun enojado, esto no puede empeorar, escucho como sus pasos se acercan y limpio mis lágrimas rápidamente— Elissabet— escucho su voz firme.

—Si vas a venir a gritarme mejor vete— digo enojada sin levantar la vista, puede que haya estado llorando pero no dejare que me griten

— ¿Por qué no me dijiste antes?— dice tratando de tranquilizarse

— ¡COMO QUERIAS QUE TE DIJERA SI SOLO LO SUPE HOY!— le grito levantándome de la cama

— ¿Y POR QUE TE ENOJAS TÚ?— dice gritándome— EL QUE DEBERIA ESTAR ENOJADO SOY YO

—ENOJATE, NO ME IMPORTA— digo saliendo de la habitación y yendo al baño, me encierro ahí, y las ganas de vomitar aparecen nuevamente.

—Ábreme la puerta— escucho a Edward como me habla del otro lado, ahora se ha tranquilizado, su voz se escucha tranquila y serena

— Vete— digo sin fuerzas, vomitar todo el día es cansador incluso para un inmortal, ¿Por qué me canso si soy vampira?

— no puedo

— si puedes

— Sí, pero no quiero— dice murmurando

Abro la puerta, y él está en el suelo, al verme se levanta rápidamente, pienso que va a darme un abrazo pero no es así, solo se limita a verme. Las ganas de vomitar vuelven, ¿Cuándo terminará esto? Corro a la taza del baño y vomito toda la sangre que he consumido, siento como me quitan el pelo de al lado de mi cara, sigo vomitando, pienso que ya no queda nada dentro de mi más que el aire.

— Vete de aquí— le digo lavándome la cara

— ¿y dejarte sola?

— eso fue lo primero que pensaste

— ¿Por qué dices eso?— dice tirando la cadena del baño

— Porque es verdad— digo mirándolo por el espejo, está cruzado de brazos mirándome fijamente, su pelo revuelto hace que se vea aún más sexy. Maldita sea se supone que tengo que estar enojada con él, no estar deseándolo

— También te estoy deseando— dice acercándose a mí con una sonrisa en sus labios.

— No te metas en mis pensamientos— digo girándome y quedándome frente a él

— Lady… ¿Cómo puede ser esto posible?— dice rodeándome la cintura

— tú eres el que es vampiro hace 170 años

— 166— me corrige

— ¿Por qué te enojaste tanto cuando te lo dije?

— Porque… creí que… nada mi lady— dice besando mi frente

— dime

— Elissabet…

— Dime— digo haciendo que me mire a los ojos

— porque creí que nunca pasaría eso, es decir, ambos somos vampiros, estamos muertos, yo no produzco espermatozoides y tú… tú ya no puedes ser madre, ¿y si solo lo imaginaste?

— ¿los vomito son parte de la imaginación?

— Iba a decir que quizás agarraste un virus, pero ya no te enfermas— dice sonriendo de lado

— ¿Aún no estás seguro, verdad?— él niega con la cabeza— ¿hay alguna forma para probar que si estoy embarazada?

— ¿tú ya estás segura?

— sé que no lo imaginé

— Confío en ti, pero…— mira a la nada por unos segundos— vamos a la cama, mañana iremos a ver a Lori y Ana ellas deben saber

— ¿pero qué?

— nada mi lady, vamos a dormir.

Me toma de la mano y me lleva a nuestra habitación, la cama está cálida, cuando me volví vampira, no creí que sintiera frio o calor, pero al parecer si se puede, nos acostamos yo hacia un lado y Edward atrás mío me envuelve con sus brazos, su respiración se siente cálida en mi oído. ¿Y si es verdad que estoy embarazada? ¿Cómo le pondría a mi hijo o hija? ¿De qué color pintaría su habitación? ¿Cómo tomarían los chicos esta noticia? ¿Me odiaran? ¿Querrán matarme? ¿Pero y si solo es mi imaginación? ¿Y si realmente no estoy embrazada?

— ¿pero y si me encariño con el bebé y no es verdad?— susurra en mi oído, y es lo último que escucho antes de dormirme

— ¿Elissabet?— dice alguien moviéndome para despertar

— ¿Qué pasa? ¿Qué hora es?— digo refregándome los ojos

— Elissabet despierta, tus hijos— escucho como la voz de alguien comienza a quebrarse

— MIS HIJOS— digo levantándome rápido, veo como hay fuego en la casa ¿Dónde está Edward?  Una tipa de pelo negro tiene a mis bebés de los pies, hay una hoguera abajo, yo corro para poder salvarlos cuando llego allá, ella ya los ha quemado— NOOOOOOOOOOOOOO— digo y despierto de golpe

— Elissabet cálmate solo fue un sueño— dice Edward acurrucándome en su pecho, las lágrimas no demoran en salir— ya tranquila— dice besando mi cabeza una y otra y otra vez.

— Fue horrible— digo aferrándome a su pecho— todo estaba incendiado, me despertaban y veía como una chica de pelo negro tenía a nuestros hijos de los pies sobre el fuego— siento como él se tensa

— ya mi lady, ya pasó— dice tranquilo pero aun siento que está tenso

— ¿Quién es la chica de pelo negro?

— ¿A qué te refieres?— dice y yo me separo de él para mirarlo a los ojos

— Cuando te dije acerca de ella, tú te pusiste tenso— digo mirándolo— ¿Quién es ella?

— No sé de qué estás hablando— dice levantándose de la cama

— Edward, te pusiste nervioso, la conoces ¿Quién es?

— Elissabet no la conozco, ni siquiera sé porque estamos discutiendo por esa estupidez— él se coloca sus jeans, su polera y toma su chaqueta

— ¿Adónde vas?— digo sintiéndome desvalida

— Por ahí, llegaré tarde— dice tomando sus llaves, escucho como baja las escaleras y al segundo la puerta se abre y se cierra, él se ha ido

Ni siquiera se despidió de mí, susurro solo en la habitación. ¿Quién es ella? ¿Por qué le causo esa reacción a Edward? ¿Qué horas son? Miro el reloj y veo que son las 06:30 de la mañana, no me quedaré aquí. Me levanto de la cama y busco algo de ropa, lo bueno es que ya estamos terminando febrero, no me gusta tanto el invierno aunque si me relaja escuchar la lluvia, pero prefiero el verano. Busco algo  para ponerme, que sea abrigador y cómodo al mismo tiempo. Me meto a la ducha y dejo que el agua caiga por mi espalda, recuerdo cuando me bañe por primera vez con Edward, sus manos en mi estómago, mis manos en su sedoso pelo, el agua entre nosotros.

Me salgo de la ducha para no seguir recordando eso, si él me esconde cosas yo también le esconderé muchas cosas, esperemos que no lea mis pensamientos. Mi cabello todo enmarañado me da risa, envuelvo una toalla en mi cuerpo y comienzo a cepillarme mi cabello, escucho como se abre la puerta, no puedo evitar que se me acelere el corazón, escucho como sube las escaleras, me visto rápidamente, me miro una vez más en el espejo y sonrío. Sacudo mi cabello y tomo las toallas que ocupe, abro la puerta y mi boca cae al ver que no es Edward el que me está esperando.

— Hola Elissabet la vida de casada te sienta muy bien— veo la cabellera negra nuevamente.

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