~ Elissabet.
— Huy ricura, sabes hacer muy bien el amor—dijo
abrazándome por la cintura después de una agotadora noche.
— No hicimos el amor, solo fue sexo, y suéltame—
dije levantándome.
— da igual, ¿nos volveremos a ver?
— claro Jasón.
— soy Tyson.
— es lo mismo, bueno me voy— dije preparándome
para salir por la puerta.
— ¿Y me dejaras pagar la cuenta a mí?—dijo
parándose, al verlo bien su paquete es del porte de un maní, ¿Por qué rayos me
metí con él?
— ¿Qué? ¿Quieres que lo pague yo?
—pues estuvimos los dos en esta cama, ¿o no?
— pero se supone que eres el hombre, o bueno eso
pensé.
—si soy hombre, ¿o no te lo deje claro anoche? Me
vas a decir que no lo hice rico— dijo besando mi cuello.
— mmm pues no, ha habido mejores, y con el paquete
mucho más grande— dije alejándome de él y sonriendo.
—eres una p*ta.
— Y tu un idiota que tendrá que pagar la cuenta—
dije saliendo y pegando un portazo, que se debió escuchar a 7 metros.
Que idiota, ¿Qué se me paso por la cabeza, cuando
me acote anoche con él? En fin, prefiero caminar que ir en taxi, los
taxistas son unos depravados, siempre quieren que me acueste con ellos, y nunca
son jóvenes y guapos, siempre son viejos y feos, 3 cuadras me separan de mi
cama, de mi dulce y acogedora cama.
(...)
— Elissabet levántate ahora— dijo alguien entrando
a mi cuarto y gritando.
— mi cabeza me duele ¿te podrías callar?— dije
sosteniéndola fuerte, vi el reloj y eran las 8:30 am— ¿pero estas loco? viste
la hora que es, es muy temprano, si quieres regáñame luego, ahora déjame dormir—
le conteste me di vuelta y trate de seguir durmiendo.
— Nada de más tarde, levántate ahora— dijo y me
destapó
— Hay bueno ya, déjame tranquila, ya soy mayor de
edad, y puedo hacer lo que se me pegue la regalada gana, porque no te vas a
joder a otro lado— le conteste y me volví a tapar.
— ternura, ¿Por qué haces esto? ¿Cómo crees que
deben estar nuestros padres, al ver esto?— dijo sentándose.
— ¿Hacer qué?— dije sentándome, media adormilada
aún.
— salir todas las noches a fiestas, acostarte con
el primer hombre que se te cruce, llegar a altas horas de la madrugada.
— es lo que hacen las chicas de mi edad, ¿Por qué
yo no hacerlo? Es normal.
— no ternura, no es normal, tú no eras así, pero
desde que Mike te engaño, cambiaste para mal, luego nuestros padres
fallecieron, nos cambiamos de casa, ¿Por qué intentas hacerte la fuerte?
— Para que no me hagan daño, de nuevo— dije casi en
un susurro.
— pero ternura— dijo y me abrazo, un abrazo que
hace tiempo necesitaba, así que se lo correspondí, y no sé si era por la
borrachera que aún habitaba en mí, pero me puse a llorar— shhtt peque,
tranquila, no llores, no estés triste— dijo mientras me acariciaba la espalda.
— creí que me repondría, pero aún los extraño, y
mucho más que al principio— dije entre sollozos.
— lo sé ternura, yo también los extraño, pero no me
ando revolcando con las mujeres, ni ando de fiesta en fiesta, para olvidar el dolor,
no sería lo que ellos quisieran.
— ¿y qué quieres que haga?
— primero deberías, de dejar de andar metiendo con
cualquier hombre, segundo deberías rezar, recuerda que nuestros padres nos
educaron en la fe católica, y no les gustaría que su hijita ande como una
cualquiera, ¿verdad?— dijo mirándome a los ojos, yo solo asentí— tercero,
tienes que dejar las fiestas, el alcohol, y los chicos, no me refiero que te
conviertas en monja— yo solo sonreí— me refiero que deberías ser más señorita,
más princesa, mi pequeña princesa.
— pero si no existe el príncipe azul, ¿porque he
de ser princesa?
— ternura, el amor llega de improviso, todos
tienen el amor destinado, a algunos les llega antes y a otros después, pero
todos incluyéndote, tienen un príncipe azul, o una princesa en mi caso—
sonreímos— pero no lo encontraras, ahí en las calles, un día cuando menos te lo
esperes, el amor interrumpirá tu vida, cuando veas a esa persona, tu corazón
latera con fuerza, y lo único que querrás es estar cerca de esa persona, lo amaras
con sus defectos y virtudes, pueden decir muchas cosas de él, pero tú lo
defenderás a muerte, y serán el uno para el otro— dijo sonriendo al fin.
— ¿y si al amor de mi vida, se le olvido nacer?
— no te preocupes cariño, ya verás un día cuando
menos te lo esperes, el amor entrara en tu vida, y recordaras todo lo que te
estoy diciendo.
— gracias en verdad necesitaba, a alguien que me
dijera todo esto.
— sabes que siempre podrás contar conmigo, ahora
ven acá y dame un abrazo.
Nos abrazamos, fue un momento que quería que nunca
pasara, extrañaba mucho a mi hermano, quería que alguien me ayudara, pero no me
gustaba pensar que estaba equivocada, cuando nos separamos, me tomo de las
piernas, me puso en su hombro, y me llevo abajo, mientras que yo le decía que
me soltara entre risas, me tiro a la piscina, y le grite.
— ¡¡¡Andrew!!! Esta me las pagaras.
— Hay sí que miedo— dijo burlándose.
— ¿no me crees?
— perro que ladra no muerde— dijo y comenzó a reír
a carcajadas.
Salí de la piscina mientras él reía, creo que no
se dio cuenta, me acerque sigilosamente hacia él, pero cuando lo iba a empujar,
él se hizo a un lado, y caí nuevamente al agua.
— ¡Tonto!
— ¿en serio crees que soy tan ingenuo, hermanita?
— Ya cállate— le dije y Salí de la piscina para ir
a ducharme.
— apúrate que debemos ir a la universidad,
mientras tanto despertare a Caro.
— Ok— dije y subí las escaleras.
Mientras buscaba que ponerme, escuché como Andrew
entraba a despertar a Caro, estos meses han sido geniales, con ella en casa,
todo es más divertido, aun tratamos de encontrar la forma de decirle que es
nuestra hermana, nuestra familia, nuestra sangre, pero cuando vamos a decirle
siempre pasa algo, me da miedo que se entere por error, que escuche una
conversación entre Andrew y yo, y que nos odie, por eso evitamos hablar de eso
cuando ella está en casa, bueno me metí a la ducha no sin antes poner mi
canción favorita, Call Me Maybe, es una de las canciones que más me gusta, ésta
cantante es una de mis inspiraciones, cuando estoy deprimida, me pongo a
escuchar su música, y comienzo a escribir canciones, es una de mis pasiones.
Salí de la ducha y me puse el lindo pero simple conjunto, bajé y los chicos ya
me esperaban, claro siempre era yo la demorona, pero no importa, aun así me
aman.
— Hasta que sales, yo me levante después que tú y
aun así terminé antes— dijo Caro reclinada en la pared
— Lo que pasa es que yo disfruto estar bajo la
ducha— le dije sacándole la lengua.
— Yo también la disfruto, pero no me paso horas y
horas ahí— decía riéndose.
— yo no paso horas y horas, paso exactamente 9
minutos.
— ¿Cómo lo sabes?
— Porque cuenta los minutos, con las canciones que
escucha— dijo Andrew riéndose— y ya se nos hace tarde así que vámonos— decía
abriendo la puerta de la casa.
Salimos y cada uno se fue en su auto, excepto Caro
que se fue conmigo, con Andrew le queremos regalar, un auto para su cumple, que
es el mismo día que el mío, estoy tan feliz, ya solo nos quedan semanas.
— Chicas, vayan con cuidado—decía subiéndose al
auto y marchándose.
—Tú igual— nos miramos y nos reímos por nuestra
coordinación.
Cuando nos subimos, note que estaba algo extraña,
ella siempre está sonriente, pero hoy había algo que le preocupaba, y no me
quedaría con la duda.
— ¿Y cómo amaneciste hoy?— le dije sonriéndole.
— ¿bien y tú?— negué en mi cabeza, ella siempre
dice súper o excelente, hoy es solamente bien, definitivamente algo pasa.
— bien bien o bien mal pero no te quiero decir— le
dije levantando una ceja.
— eso lo viste en Facebook, ¿cierto?— dijo riendo.
— puede ser, pero no me cambies el tema.
— Ok— dijo resignada— estoy mal, de hecho pésimo.
— ¿Qué pasa cariño?— le dije, no me gusta verla
llorar.
— bien verás, ¿recuerdas que estoy acá desde hace
más o menos 7 meses?
— ¿sí? ¿Qué pasa te quieres ir?— le dije
preocupada.
— No, no— dijo rápidamente— es que cuando llegue y
supe que Taylor era nuestro vecino, me puse muy feliz, ya que yo lo conocía de
antes.
— Si lo conocías de la mañana, cuando casi te
atropello— dije riendo.
— No, lo conocía de antes, verás unos días antes,
yo iba camino a mi casa, luego de ir a comprar, y choque con alguien que iba en
bicicleta, y ése alguien era Taylor— dijo sonriendo, esa sonrisa la conozco,
está enamorada, aaaa no lo creo.
— ¿ok? Continua.
— ahí no pudimos hablar mucho, ya que yo iba con
mucha prisa, pues mi pa… Andrés, me esperaba para cenar, así que sólo nos
dijimos nuestros nombres, yo creí que no lo volvería a ver nunca, y también
supuse que alguien tan lindo como él debía tener novia. Pero después me lo
encontré cuando tú casi me atropellas— ambas reímos, en ese momento nos
odiábamos— y cuando te vi, pensé que eras su novia, y eso me hizo ponerme celosa— vaya, es raro escucharla decir el nombre de su supuesto padre y que suene tan frío, el tipo no debió mentirle acerca de que era su hija
— ¿te pusiste celosa de mí?
— si bueno no, algo, es que mírate tú eres muy
linda, cualquier chico desearía estar contigo, en cambio yo, mírame, no soy ni
tu sombra.
— pues gracias, creo, si lo admito soy muy linda—
dije y nos reímos— pero tú no te quedas atrás, además ¿te cuento un secreto? He
visto cómo te mira Taylor, y se le nota que tú le gustas, de hecho creo que te
encuentra más linda que yo.
— ¿En serio?—dijo sonriendo.
— pues claro, pero sígueme contando.
— oh cierto, bueno y después de ése incomodo
momento, nos hicimos amigas, y después me fui a vivir con ustedes, y enterarme
que él sería mi vecino, era algo extraordinario, entonces conversábamos horas y
horas, no me cansaba de hablar con él, es que es tan lindo e inteligente, sus
ojos sus hermosos ojos, son increíbles, los puedes mirar horas y horas, y no te
aburrirías, pero un día él fue a verme cuando yo estaba duchándome…
— ¿Se metió a tu baño?—dije abriendo los ojos.
— ¿Qué? NO— dijo sonrojándose— él estaba afuera
del baño, en mi habitación.
— ah, por un momento pensé que era un depravado—dije
y nos volvimos a reír.
— cuando Salí del baño, estaba en pura toalla, y
me dio mucha vergüenza, me dijo que necesitaba hablar conmigo, y le dije que me
esperara a que me pusiera ropa, dijo algo que no entendí, algo como que: “a mí
no me molesta” o algo por el estilo, no le entendí muy bien, cuando estaba
buscando mi pijama, no encontré nada que fuera para la ocasión, ya que me
habías cambiado todo el armario, con ropa que no era muy de mi estilo— dijo
mirándome con reproche, a lo que yo solo reí— y lo más adecuado era un pijama
apegado al cuerpo de color rosado, cuando Salí, vi que estaba de espalda
mirando por la ventana, tenía cara preocupada, le pregunte qué, que le ocurría,
y luego de mucho rodeo, me dijo que se iba, me dio rabia, pena y frustración,
no quería que se fuera, pues me gustaba mucho, le pregunte qué porque y me dijo
que no podía decirme, me puse como loca, y le dije algo que se me escapo.
— ¿Qué?— dije abriendo los ojos.
— le dije: ¿vienes a mi casa, casi a las 12 de la
mañana, mientras estaba en la ducha, me dices que tenemos que hablar, me pones
nerviosa, luego me dices que te vas y no me dices el motivo?, él me iba
explicar, pero se dio cuenta que le había dicho que me ponía nerviosa, él
sonrió y yo me paré, le dije que no éramos nada, que no me diera explicaciones,
me dijo que no me molestara, pero era obvio que ya lo estaba, le dije que solo
se fuera y ya, cuando se iba a ir, me tomo de la cintura, me dio vuelta y junto
nuestros labios, en un delicioso, y tierno beso.
— ¡Se besaron!— dije gritando de alegría y de
sorpresa.
— Siiiii,
mi primer beso me lo dio él.
— pero por Dios se… ¿tu primer beso?
— Si recuerda, yo nunca he tenido un novio, a
diferencia de otras personas— me dijo mirándome.
— yo tampoco he tenido novios, solo aventuras.
— ¿Y Mike?— ella ya sabía de ésa historia, incluso
de lo de mis padres, cuando me lo pregunto, me puse a llorar, y ella también
debía sentirlo aunque no lo sabía, nos abrazamos y fue un momento muy tierno.
— ése idiota no cuenta, estamos hablando de
hombres— dije y nos reímos, ¿Cómo pude llorar por alguien así?
— ok, ok, bueno y eso desde hace 6 meses que no lo
veo y me temo que le haya pasado algo malo.
— ¿y se fue sólo?
— no, creo que se fue con Edward.
— bien ¿vamos?
— ¿Dónde?
— ehm pues a clase, ya tocaron hace 5 minutos la
campana.
— pero Elissa, porque no me dijiste, llegaremos
tarde.
— sólo es biología
— Si no pasas ese ramo, no pasaras de año, y
recién es el primer año— decía saliendo del auto, ¿si no lo paso, no paso el
año? Hay por Dios.
— Pues apúrate— le dije corriendo y tomándola del
brazo.
En realidad, no me importaba mucho la clase, es
sólo que no quería hablar de Edward, porque cada vez que con Caro hablamos de
él, comienza a molestarme con él, y a mí no me gusta, bueno quizá lo encuentre
lindo, pero es un mujeriego, y no quiero salir lastimada, no de nuevo. Cuando
llegamos a clase vimos en la puerta, y decía que el profesor estaba enfermo así
que no tendríamos clase, me largué a reír
— Suertuda— decía mirándome.
— hay vamos hermanita, no seas enojona— le decía
hermanita, porque eso era para nosotros, y ella a nosotros nos trataba igual.
— mmm, ok, no puedo estar enojada contigo— decía
abrazándome.
— caro… no respiro
— Que dramática— dijo codeándome— bueno pero no me
cambies de tema, ¿de qué hablábamos?
— ¿mmm de que llegaríamos a clase tarde?
— no, era otra cosa…, ah ya se, de Edward.
— yo no tengo nada que hablar de él.
— hay vamos Elissa, dime que no sientes nada pero
absolutamente nada por él.
— no caro, no siento nada por él, es un mujeriego,
un idiota…
— un tipo que te salvo la vida, a pesar que no te
conocía.
— No…— le iba a contestar, pero no sabía que
contestarle, por primera vez me quede muda.
— Vamos, dime que sientes algo por él— decía
esperanzada, ¿en verdad no siento nada por ése sexy chico?
— lo encuentro lindo.
— tus ojos me dicen otra cosa Elissa.
Cuando le iba a contestar, veo que en la salida,
hay un chico, me parece conocido, ¿ese no es Mario?
— ehm Caro, ¿recuerdas, cuando te conté sobre el
chico de la heladería?
— sí, Mario creo que se llamaba ¿no?
— Pues sí, me parece que es el mismo que está en
la entrada parado en su moto, pero mira disimuladamente— ella claramente no
sabe lo que es “disimuladamente”, dio la vuelta como la chica del exorcista,
literalmente, por suerte Mario no estaba mirando.
— ¿Él es Mario?— dijo sorprendida.
— si ¿por?
— Elissabet por Dios, qué rayos haces con él— hay
no, me dijo Elissabet ella nunca me dice así, y cuando lo hace es porque está
enojada, y nunca está enojada, no, no, no, ¿en qué lio me metí?
— yo no estoy con él.
— pero lo conoces— dijo y me tomo del brazo para
sacarme de ahí.
— ¿Y que tiene?— le dije siguiéndola.
— ése Mario, es el mismo Mario, que yo conozco,
ósea mi hermano, bueno no exactamente mi hermano, pero mi hermano al fin y al
cabo.
— ¿Él es Mario Black?— ése idiota junto con su
padre, se llevaron a mi hermana lejos de su familia.
— sí, ¿ahora ves, porque me molesta tanto, que
estés con él?
— Pero si no estoy con él, hablamos una vez, me
invito un helado, y me reclamo como suya, desde ahí no hablamos nunca más— dije
en mi defensa.
— bien, pues no volverás a hablar con él.
— ok, pero antes tengo que hablar una sola cosa
con él— dije dirigiéndome hacia ese idiota.
— ok p… ¿Qué? Noooo, Elissabet espera—dijo
tratando de tomarme del brazo, por supuesto no lo consiguió.
Me comencé a acercar a él, y escuche como Caro
venia corriendo tras de mí, comencé a acelerar mi paso, hasta que estuve frente
a él, no lo recordaba tan alto ni tan musculoso, se había cortado su cabello, y
lo hacía ver aún más sexy, —Elissabet contrólate—, me pegue una bofetada
internamente, —él y su padre se llevaron a Caro— cierto cierto cierto.
— ¿Mario?
— ehm… hola— dijo poniendo su estúpida sonrisa que
hacía que me temblaran las piernas.
— Hola—dije fría.
— ¿Caroline?
— Mario— dijo tratando de sonar fría, sabía que de
un momento a otro lloraría sería mejor sacarla de aquí, osino se pondría a
llorar frente a éste estúpido.
— Caroline— le dijo abrazándola, ella le devolvió
el abrazo, al parecer se extrañaban mucho— hermanita, no sabes cuánto te he
extrañado, mejor dicho cuanto te hemos extrañado.
— no quiero que hablemos de él.
— pero…
— Por favor— le dijo en tono de súplica.
— bueno, pero no solamente yo te he extrañado, los
chicos también.
— owww ¿en serio? Yo también los he extrañado, al
parecer has hecho ejercicio fortachón— decía golpeándolo en el hombro.
— bien yo los dejo solos, caro te espero en casa.
— bueno ve con cuidado.
— Adiós— dije y me despedí solamente de Caroline—
ah caro, ¿te dejo el auto?
— no Elissa no te preocupes, le digo a Andrew que me
lleve.
— hermanita eso no es necesario, yo te llevo.
— Owww en serio—dijo dando saltitos de felicidad.
— sí.
— okis, bueno nos vemos.
— adiós.
Me subí a mi auto, un lindo y rojo Ferrari haciendo
sonar las ruedas, me encanta hacer eso, aunque Andrew me reprenda, puse la
radio, y estaba ésta canción, creo que se llama Last Friday Night me puse a
cantarla, y la gente de los otros autos me miraban y me sonreían, yo solo
seguía cantando, amo esta canción, pero no más que Call Me Maybe. Mientras
conducía, me puse a pensar en Mario, no lo recordaba tan lindo, estaba más
musculoso, como bien había dicho Caro, pero me quito a mi hermana, —en realidad
fue tu padre el que se las entrego ~cierto pero… —además no te la quito él, te
la quito su padre ~es verdad pero…—además admite te gusto un poco ~bien solo un
poco —Siiiii— dijo mi sub-consiente, definitivamente estoy chiflada, hablando
con mi conciencia, comencé a reír, mientras esperaba que dieran luz verde, un
auto plateado, creo que un volvo, no estoy segura, se paró al lado mío, tenía
vidrio polarizados, pero seguro era un chico, hizo sonar su motor, y yo lo
imite, claro quería echar una carrera, y yo no perdería, nunca pierdo, vi que
parpadeaba, la luz verde del semáforo, donde hay un monito caminando, me fije
en el semáforo, hice sonar una vez más el motor, y él me imito, pusieron verde,
que empiece la diversión…
~ Edward.
Luego de mucho berrinche de parte de Ana, con
Taylor y Lori, estuvimos quedándonos en el mismo hotel, ya que por mal tiempo,
no habrían vuelos, por los próximos 3 días, 3 días sin poder ver a…
— ¿en qué piensas tanto?, o mejor dicho en quién
piensa tanto dijo dando una risita burlona.
— En nadie— dije tratando de sonar despreocupado
— mmm ese nadie no tiene nada que ver con Elissabet
¿verdad?
— no se te puede ocultar nada, ¿cierto?
— Nop— dijo riendo.
— sí, pienso en Elissabet lo admito.
— ¿Y porque no se lo dices y ya?—dijo sentándose
al lado mío.
— ¿Qué cosa?
—hay no te hagas Edward, sabes a que me refiero
—no me gusta
—te encanta y lo sabes, ¿Por qué no te declaras?
— porque… porque…
— ¿Por qué…?
—Porque a Taylor también le gusta— dije enojado
— ¿a Taylor?
—Sí, los escuché hablando en el avión— ella se
largó a reír— Edward… o estas mal del oído o eres un idiota
— ¿por qué?
—porque en el avión no hablábamos de Elissabet
— ¿ah no? ¿Y de quien hablaban?
—de alguien, pero no de Elissabet, Taylor la
quiere mucho… pero solo como amigos, él me dijo que la ve como hermana— oh……
eso cambia mucho las cosas
— ¿Y si le digo y me rechaza?— el día estaba frío
a pesar de ser verano, una que otra gota caía, y eso en cierto modo me deprimía
— ¿no que los vampiros no lloran?
— no estoy llorando, además es porque bebemos
sangre humana
— pero en crepúsculo los vampiros no lloran, no
pueden.
— Sí, pero esto es la vida real, no una tonta
película de vampiros— dije riendo.
— oye no digas eso sobre mi película favorita—
dijo golpeándome en el brazo.
— Auch— dije fingiendo dolor.
— No creí que alguien que aparentara ser fuerte, y
mujeriego pudiera verse tan débil y triste.
— Cuando se es vampiro, las emociones se
maximizan, y yo cuando estaba vivo, era muy sentimental, incluso más que
Taylor, pero cuando Alisson me lastimo, me volví lo que soy ahora— dije
señalándome de arriba abajo.
— ¿un tipo que es cobarde porque no le dice a la
chica que ama lo que siente?
— No lo podría haber dicho mejor —dije riendo
junto a ella.
— Toma— dijo extendiendo un i-pod— descargue una
canción que quizá te represente, escúchala, quizás te haga sentir mejor— dijo y
se fue.
Se llamaba “aunque no te pueda ver” Le
puse play, en un principio no la entendí, comencé a mirar por la ventana, vi la
lluvia caer, y comencé a imaginármela, ahí sonriendo, como si esa sonrisa fuera
por mí, quise imaginármela ahí abrazada junto a mí, me puse a pensar, que de un
momento a otro, ella comenzó a significar todo para mí, que no me la podía
sacar de la cabeza, que eso era lo que no me permitía, estar lejos de ella, no
era su sangre, es que me había enamorado, sí al fin lo admito, me enamoré y no
de una chica rubia de ojos azules de 1.80, no, me había enamorado de una chica,
de cabello castaño, ojos chocolate, 1,68 una chica, con una sonrisa que
deslumbra a cualquiera, viviré por ella, viviré para conquistarla, para que
sea… para que sea… no sé qué decir, el amor no de mi vida, de mi existencia, no
puedo vivir lejos de ella, la amo, y si es necesario lo gritaría a los 4
vientos, gritaría a los 4 vientos que ésa es la chica que me trae loco, termino
la canción y la puse una y otra y otra vez, y cada vez que la escuchaba, la
imaginaba ahí sonriendo para mí.
— ¿Edward?— dice Taylor
— Si— dije poniéndole pausa a la canción.
— nos iremos mañana.
— ¿mañana?
— sí, es que en las noticias dice que mañana ya no
habrá lluvia, por lo tanto abrirán las aerolíneas de nuevo.
— bueno, ¿Cómo esta Ana?
— quería irse a dormir, pero no le creí, así que
por seguridad, la encerré en el sótano.
— bien, será mejor no arriesgarnos, vete a
descansar, que ha sido un largo día.
— y una larga semana también, que descanses.
— tu igual.
Él se fue, nunca habíamos tenido una conversación
tan buena, siempre nos poníamos a discutir, tal vez, Elissabet me está haciendo
cambiar, ¿y si realmente a Taylor no le gusta Elissabet?
— Hey Edward— dijo Lori entrando a la habitación.
— Si— le conteste.
— ¿escuchaste la canción?
— Si –dije y sonreí— no sabes cuánto me ayudo.
— qué bueno, ¿y qué sacaste como conclusión?
— no me lo vas a creer.
— ¿tan así fue?
— Mmhm— dije asintiendo con la cabeza
— vamos dime, no creo que sea taaaan malo.
— no es malo, al contrario es muy bueno.
— bien, no me dejes con la intriga.
— me enamoré.
— ¿En serio?— dijo sonriendo.
— Si— ella corrió hacia mí y me abrazo.
— Hasta que lo reconoces— dijo mirándome.
— si es… ¿tú ya lo sabías?
— claro, cualquiera se hubiera dado cuenta, cuando
hablabas de ella, se te iluminaban los ojos, y una sonrisa tonta se te formaba
en los labios, igual que como la que tienes ahora.
— Es que es tan linda— sonreí aún más— pero
necesito que me ayudes.
— claro ¿en qué?
— A conquistarla— dije algo con vergüenza ¿yo
pidiendo ayuda? Wow.
— y donde quedo el señorito “encanto naturales”
— Es que dudo que con ella funcionen— dije
rascando mi cabeza.
— bien, te ayudare pero no por ti— levante mis
manos como si me estuvieran apuntando con un arma— por ella, porque sé que
tendrá muy buena suerte en tener a alguien como tú a su lado, he visto cómo
eres Edward, tienes un gran corazón, un corazón noble y sincero, que solo busca
amor.
— bien pero no se lo digas a nadie.
— ok, será nuestro secreto— dijo riendo
— bueno ahora vámonos a dormir, que sino el señor
“despierta temprano” nos regañara.
— cierto y nos tirara a ambos agua— dijo riendo
junto conmigo.
— Hey Lori— dije casi en un susurro.
— ¿Qué?— dijo contestándome de la misma manera.
— Gracias— le dije sinceramente— por todo— termine
mi frase.
Lori solo cerró
un ojo, y se metió a su habitación, yo también me metí a la mía, me quede solo
en bóxer, y me metí a la cama, mañana me esperaría un largo día, y tendría que
comenzar mi plan “conquistando a Elissabet”, después de imaginármela unas
ochocientas veces, me dormí.
(...)
Desperté por los rayos del sol que entraban por la
ventana, vi el reloj y marcaban las 07:45 am, me levante y me di una ducha, soñé
nuevamente con Elissabet, solo quiero tenerla entre mis brazos y juntar
nuestros labios. Terminé mi ducha y Salí, busque algo que ponerme, e hice mi maleta,
ya que no la había hecho. Bajé las escaleras, y estaba solo Lori que estaba tomaba
desayuno.
— ¿Edward que haces levantado tan temprano?
— Pues tenemos que viajar ¿no?— dije
tranquilamente
— sí, pero siempre eres el último en levantarte.
— ¿pues no puedo levantarme un día temprano?
— Sí, no me molesta, podrías hacerlo más a menudo—
dijo riendo.
— No me exijas tanto— y ambos nos reímos,
escuchamos como Taylor bajaba las escaleras, era obvio que era él, ya que Ana
estaba encerrada
— ¿Fuiste a despertar a Ana?— me dijo Taylor
—Sí, ya me despertó— dijo entrando a la cocina
— ¿La soltaste?— dije enojado.
— Yo no fui— le dije alarmado
—fui yo— Dijo Lori bebiendo café
— ¿Por qué lo hiciste?
— cálmate no podrá salir.
— ¿a no? ¿Y qué te hace pensar eso?— le dijo
Taylor cruzado de brazos
— pues esto— dijo y nos mostró el anillo, con el
que podíamos salir al sol sin quemarnos.
—Idiotas— dijo Ana en voz baja y saliendo de la
habitación.
— Yo también te quiero hermanita— dije
molestándola
— Vamos, se nos hace tarde— dijo Lori lavando las
cosas
— ok, bajo mi maleta y nos vamos.
— bajas la mía por favor.
— claro.
(...)
Estamos por llegar a Londres, y dormí todo el
camino soñé muchas veces con ella, y sueños muy lindos, el piloto habló
diciendo que estábamos aterrizando, nos bajamos de avión, y vi que mi precioso
volvo aún estaba ahí, después de estos 6 meses, aún está ahí, cuanto te
extrañe.
— chicos adelántense, tengo cosas que hacer antes—
les dije subiendo a mi bebé
— Bien pero no te tardes— dijo Taylor subiéndose a
su auto que también estaba ahí, eso es lo bueno de Londres, no hay muchos
robos.
— claro, nos vemos.
Salí disparado por la carretera, estaba vacío, de
hecho habían muy poco autos, para ser un día viernes, paré en un semáforo, y la
vi, si la vi a ella, a mí Elissabet en un auto al lado, hice rugir mi motor, y
ella miro mi auto, tenía vidrios polarizados, así que no me veía, ella rugió su
motor también, quiere una carrera… bien, rugió su motor, el semáforo dio en
verde, y partimos, se fue adelante todo el camino, iba a su casa, que suerte yo
también, sonreí, cuando estábamos por llegar, la pase y ella quedo atrás,
estacione mi auto con mucho estilo, me puse mis lentes, y baje del auto, vi que
ella se estaciono, bajo del auto, nos miramos y ella se metió a su casa, hay
Dios, conquistarla no va a ser fácil.
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