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domingo, 5 de octubre de 2014

Capítulo 15~ ADM



~ Elissabet.

— Huy ricura, sabes hacer muy bien el amor—dijo abrazándome por la cintura después de una agotadora noche.

— No hicimos el amor, solo fue sexo, y suéltame— dije levantándome.

— da igual, ¿nos volveremos a ver?

— claro Jasón.

— soy Tyson.

— es lo mismo, bueno me voy— dije preparándome para salir por la puerta.

— ¿Y me dejaras pagar la cuenta a mí?—dijo parándose, al verlo bien su paquete es del porte de un maní, ¿Por qué rayos me metí con él?

— ¿Qué? ¿Quieres que lo pague yo?

—pues estuvimos los dos en esta cama, ¿o no?

— pero se supone que eres el hombre, o bueno eso pensé.

—si soy hombre, ¿o no te lo deje claro anoche? Me vas a decir que no lo hice rico— dijo besando mi cuello.

— mmm pues no, ha habido mejores, y con el paquete mucho más grande— dije alejándome de él y sonriendo.

—eres una p*ta.

— Y tu un idiota que tendrá que pagar la cuenta— dije saliendo y pegando un portazo, que se debió escuchar a 7 metros.

Que idiota, ¿Qué se me paso por la cabeza, cuando me acote anoche con él? En fin, prefiero caminar que ir en taxi, los taxistas son unos depravados, siempre quieren que me acueste con ellos, y nunca son jóvenes y guapos, siempre son viejos y feos, 3 cuadras me separan de mi cama, de mi dulce y acogedora cama.

(...)

— Elissabet levántate ahora— dijo alguien entrando a mi cuarto y gritando.

— mi cabeza me duele ¿te podrías callar?— dije sosteniéndola fuerte, vi el reloj y eran las 8:30 am— ¿pero estas loco? viste la hora que es, es muy temprano, si quieres regáñame luego, ahora déjame dormir— le conteste me di vuelta y trate de seguir durmiendo.

— Nada de más tarde, levántate ahora— dijo y me destapó

— Hay bueno ya, déjame tranquila, ya soy mayor de edad, y puedo hacer lo que se me pegue la regalada gana, porque no te vas a joder a otro lado— le conteste y me volví a tapar.

— ternura, ¿Por qué haces esto? ¿Cómo crees que deben estar nuestros padres, al ver esto?— dijo sentándose.

— ¿Hacer qué?— dije sentándome, media adormilada aún.

— salir todas las noches a fiestas, acostarte con el primer hombre que se te cruce, llegar a altas horas de la madrugada.

— es lo que hacen las chicas de mi edad, ¿Por qué yo no hacerlo? Es normal.

— no ternura, no es normal, tú no eras así, pero desde que Mike te engaño, cambiaste para mal, luego nuestros padres fallecieron, nos cambiamos de casa, ¿Por qué intentas hacerte la fuerte?

— Para que no me hagan daño, de nuevo— dije casi en un susurro.

— pero ternura— dijo y me abrazo, un abrazo que hace tiempo necesitaba, así que se lo correspondí, y no sé si era por la borrachera que aún habitaba en mí, pero me puse a llorar— shhtt peque, tranquila, no llores, no estés triste— dijo mientras me acariciaba la espalda.

— creí que me repondría, pero aún los extraño, y mucho más que al principio— dije entre sollozos.

— lo sé ternura, yo también los extraño, pero no me ando revolcando con las mujeres, ni ando de fiesta en fiesta, para olvidar el dolor, no sería lo que ellos quisieran.

— ¿y qué quieres que haga?

— primero deberías, de dejar de andar metiendo con cualquier hombre, segundo deberías rezar, recuerda que nuestros padres nos educaron en la fe católica, y no les gustaría que su hijita ande como una cualquiera, ¿verdad?— dijo mirándome a los ojos, yo solo asentí— tercero, tienes que dejar las fiestas, el alcohol, y los chicos, no me refiero que te conviertas en monja— yo solo sonreí— me refiero que deberías ser más señorita, más princesa, mi pequeña princesa.

— pero si no existe el príncipe azul, ¿porque he de ser princesa?

— ternura, el amor llega de improviso, todos tienen el amor destinado, a algunos les llega antes y a otros después, pero todos incluyéndote, tienen un príncipe azul, o una princesa en mi caso— sonreímos— pero no lo encontraras, ahí en las calles, un día cuando menos te lo esperes, el amor interrumpirá tu vida, cuando veas a esa persona, tu corazón latera con fuerza, y lo único que querrás es estar cerca de esa persona, lo amaras con sus defectos y virtudes, pueden decir muchas cosas de él, pero tú lo defenderás a muerte, y serán el uno para el otro— dijo sonriendo al fin.

— ¿y si al amor de mi vida, se le olvido nacer?

— no te preocupes cariño, ya verás un día cuando menos te lo esperes, el amor entrara en tu vida, y recordaras todo lo que te estoy diciendo.

— gracias en verdad necesitaba, a alguien que me dijera todo esto.

— sabes que siempre podrás contar conmigo, ahora ven acá y dame un abrazo.

Nos abrazamos, fue un momento que quería que nunca pasara, extrañaba mucho a mi hermano, quería que alguien me ayudara, pero no me gustaba pensar que estaba equivocada, cuando nos separamos, me tomo de las piernas, me puso en su hombro, y me llevo abajo, mientras que yo le decía que me soltara entre risas, me tiro a la piscina, y le grite.

— ¡¡¡Andrew!!! Esta me las pagaras.

— Hay sí que miedo— dijo burlándose.

— ¿no me crees?

— perro que ladra no muerde— dijo y comenzó a reír a carcajadas.

Salí de la piscina mientras él reía, creo que no se dio cuenta, me acerque sigilosamente hacia él, pero cuando lo iba a empujar, él se hizo a un lado, y caí nuevamente al agua.

— ¡Tonto!

— ¿en serio crees que soy tan ingenuo, hermanita?

— Ya cállate— le dije y Salí de la piscina para ir a ducharme.

— apúrate que debemos ir a la universidad, mientras tanto despertare a Caro.

— Ok— dije y subí las escaleras.

Mientras buscaba que ponerme, escuché como Andrew entraba a despertar a Caro, estos meses han sido geniales, con ella en casa, todo es más divertido, aun tratamos de encontrar la forma de decirle que es nuestra hermana, nuestra familia, nuestra sangre, pero cuando vamos a decirle siempre pasa algo, me da miedo que se entere por error, que escuche una conversación entre Andrew y yo, y que nos odie, por eso evitamos hablar de eso cuando ella está en casa, bueno me metí a la ducha no sin antes poner mi canción favorita, Call Me Maybe, es una de las canciones que más me gusta, ésta cantante es una de mis inspiraciones, cuando estoy deprimida, me pongo a escuchar su música, y comienzo a escribir canciones, es una de mis pasiones. Salí de la ducha y me puse el lindo pero simple conjunto, bajé y los chicos ya me esperaban, claro siempre era yo la demorona, pero no importa, aun así me aman.

— Hasta que sales, yo me levante después que tú y aun así terminé antes— dijo Caro reclinada en la pared

— Lo que pasa es que yo disfruto estar bajo la ducha— le dije sacándole la lengua.

— Yo también la disfruto, pero no me paso horas y horas ahí— decía riéndose.

— yo no paso horas y horas, paso exactamente 9 minutos.

— ¿Cómo lo sabes?

— Porque cuenta los minutos, con las canciones que escucha— dijo Andrew riéndose— y ya se nos hace tarde así que vámonos— decía abriendo la puerta de la casa.

Salimos y cada uno se fue en su auto, excepto Caro que se fue conmigo, con Andrew le queremos regalar, un auto para su cumple, que es el mismo día que el mío, estoy tan feliz, ya solo nos quedan semanas.

— Chicas, vayan con cuidado—decía subiéndose al auto y marchándose.

—Tú igual— nos miramos y nos reímos por nuestra coordinación.

Cuando nos subimos, note que estaba algo extraña, ella siempre está sonriente, pero hoy había algo que le preocupaba, y no me quedaría con la duda.

— ¿Y cómo amaneciste hoy?— le dije sonriéndole.

— ¿bien y tú?— negué en mi cabeza, ella siempre dice súper o excelente, hoy es solamente bien, definitivamente algo pasa.

— bien bien o bien mal pero no te quiero decir— le dije levantando una ceja.

— eso lo viste en Facebook, ¿cierto?— dijo riendo.

— puede ser, pero no me cambies el tema.

— Ok— dijo resignada— estoy mal, de hecho pésimo.

— ¿Qué pasa cariño?— le dije, no me gusta verla llorar.

 — bien verás, ¿recuerdas que estoy acá desde hace más o menos 7 meses?

— ¿sí? ¿Qué pasa te quieres ir?— le dije preocupada.

— No, no— dijo rápidamente— es que cuando llegue y supe que Taylor era nuestro vecino, me puse muy feliz, ya que yo lo conocía de antes.

— Si lo conocías de la mañana, cuando casi te atropello— dije riendo.

— No, lo conocía de antes, verás unos días antes, yo iba camino a mi casa, luego de ir a comprar, y choque con alguien que iba en bicicleta, y ése alguien era Taylor— dijo sonriendo, esa sonrisa la conozco, está enamorada, aaaa no lo creo.

— ¿ok? Continua.

— ahí no pudimos hablar mucho, ya que yo iba con mucha prisa, pues mi pa… Andrés, me esperaba para cenar, así que sólo nos dijimos nuestros nombres, yo creí que no lo volvería a ver nunca, y también supuse que alguien tan lindo como él debía tener novia. Pero después me lo encontré cuando tú casi me atropellas— ambas reímos, en ese momento nos odiábamos— y cuando te vi, pensé que eras su novia,  y eso me hizo ponerme celosa— vaya, es raro escucharla decir el nombre de su supuesto padre y que suene tan frío, el tipo no debió mentirle acerca de que era su hija

— ¿te pusiste celosa de mí?

— si bueno no, algo, es que mírate tú eres muy linda, cualquier chico desearía estar contigo, en cambio yo, mírame, no soy ni tu sombra.

— pues gracias, creo, si lo admito soy muy linda— dije y nos reímos— pero tú no te quedas atrás, además ¿te cuento un secreto? He visto cómo te mira Taylor, y se le nota que tú le gustas, de hecho creo que te encuentra más linda que yo.

— ¿En serio?—dijo sonriendo.

— pues claro, pero sígueme contando.

— oh cierto, bueno y después de ése incomodo momento, nos hicimos amigas, y después me fui a vivir con ustedes, y enterarme que él sería mi vecino, era algo extraordinario, entonces conversábamos horas y horas, no me cansaba de hablar con él, es que es tan lindo e inteligente, sus ojos sus hermosos ojos, son increíbles, los puedes mirar horas y horas, y no te aburrirías, pero un día él fue a verme cuando yo estaba duchándome…

— ¿Se metió a tu baño?—dije abriendo los ojos.

— ¿Qué? NO— dijo sonrojándose— él estaba afuera del baño, en mi habitación.

— ah, por un momento pensé que era un depravado—dije y nos volvimos a reír.

 — cuando Salí del baño, estaba en pura toalla, y me dio mucha vergüenza, me dijo que necesitaba hablar conmigo, y le dije que me esperara a que me pusiera ropa, dijo algo que no entendí, algo como que: “a mí no me molesta” o algo por el estilo, no le entendí muy bien, cuando estaba buscando mi pijama, no encontré nada que fuera para la ocasión, ya que me habías cambiado todo el armario, con ropa que no era muy de mi estilo— dijo mirándome con reproche, a lo que yo solo reí— y lo más adecuado era un pijama apegado al cuerpo de color rosado, cuando Salí, vi que estaba de espalda mirando por la ventana, tenía cara preocupada, le pregunte qué, que le ocurría, y luego de mucho rodeo, me dijo que se iba, me dio rabia, pena y frustración, no quería que se fuera, pues me gustaba mucho, le pregunte qué porque y me dijo que no podía decirme, me puse como loca, y le dije algo que se me escapo.

— ¿Qué?— dije abriendo los ojos.

— le dije: ¿vienes a mi casa, casi a las 12 de la mañana, mientras estaba en la ducha, me dices que tenemos que hablar, me pones nerviosa, luego me dices que te vas y no me dices el motivo?, él me iba explicar, pero se dio cuenta que le había dicho que me ponía nerviosa, él sonrió y yo me paré, le dije que no éramos nada, que no me diera explicaciones, me dijo que no me molestara, pero era obvio que ya lo estaba, le dije que solo se fuera y ya, cuando se iba a ir, me tomo de la cintura, me dio vuelta y junto nuestros labios, en un delicioso, y tierno beso.

— ¡Se besaron!— dije gritando de alegría y de sorpresa.

— Siiiii,  mi primer beso me lo dio él.

— pero por Dios se… ¿tu primer beso?

— Si recuerda, yo nunca he tenido un novio, a diferencia de otras personas— me dijo mirándome.

— yo tampoco he tenido novios, solo aventuras.

— ¿Y Mike?— ella ya sabía de ésa historia, incluso de lo de mis padres, cuando me lo pregunto, me puse a llorar, y ella también debía sentirlo aunque no lo sabía, nos abrazamos y fue un momento muy tierno.

— ése idiota no cuenta, estamos hablando de hombres— dije y nos reímos, ¿Cómo pude llorar por alguien así?

— ok, ok, bueno y eso desde hace 6 meses que no lo veo y me temo que le haya pasado algo malo.

— ¿y se fue sólo?

— no, creo que se fue con Edward.

— bien ¿vamos?

— ¿Dónde?

— ehm pues a clase, ya tocaron hace 5 minutos la campana.

— pero Elissa, porque no me dijiste, llegaremos tarde.

— sólo es biología

— Si no pasas ese ramo, no pasaras de año, y recién es el primer año— decía saliendo del auto, ¿si no lo paso, no paso el año? Hay por Dios.

— Pues apúrate— le dije corriendo y tomándola del brazo.

En realidad, no me importaba mucho la clase, es sólo que no quería hablar de Edward, porque cada vez que con Caro hablamos de él, comienza a molestarme con él, y a mí no me gusta, bueno quizá lo encuentre lindo, pero es un mujeriego, y no quiero salir lastimada, no de nuevo. Cuando llegamos a clase vimos en la puerta, y decía que el profesor estaba enfermo así que no tendríamos clase, me largué a reír

— Suertuda— decía mirándome.

— hay vamos hermanita, no seas enojona— le decía hermanita, porque eso era para nosotros, y ella a nosotros nos trataba igual.

— mmm, ok, no puedo estar enojada contigo— decía abrazándome.

— caro… no respiro

— Que dramática— dijo codeándome— bueno pero no me cambies de tema, ¿de qué hablábamos?

— ¿mmm de que llegaríamos a clase tarde?

— no, era otra cosa…, ah ya se, de Edward.

— yo no tengo nada que hablar de él.

— hay vamos Elissa, dime que no sientes nada pero absolutamente nada por él.

— no caro, no siento nada por él, es un mujeriego, un idiota…

— un tipo que te salvo la vida, a pesar que no te conocía.

— No…— le iba a contestar, pero no sabía que contestarle, por primera vez me quede muda.

— Vamos, dime que sientes algo por él— decía esperanzada, ¿en verdad no siento nada por ése sexy chico?

— lo encuentro lindo.

— tus ojos me dicen otra cosa Elissa.

Cuando le iba a contestar, veo que en la salida, hay un chico, me parece conocido, ¿ese no es Mario?

— ehm Caro, ¿recuerdas, cuando te conté sobre el chico de la heladería?

— sí, Mario creo que se llamaba ¿no?

— Pues sí, me parece que es el mismo que está en la entrada parado en su moto, pero mira disimuladamente— ella claramente no sabe lo que es “disimuladamente”, dio la vuelta como la chica del exorcista, literalmente, por suerte Mario no estaba mirando.

 — ¿Él es Mario?— dijo sorprendida.

— si ¿por?

— Elissabet por Dios, qué rayos haces con él— hay no, me dijo Elissabet ella nunca me dice así, y cuando lo hace es porque está enojada, y nunca está enojada, no, no, no, ¿en qué lio me metí?

— yo no estoy con él.

— pero lo conoces— dijo y me tomo del brazo para sacarme de ahí.

— ¿Y que tiene?— le dije siguiéndola.

— ése Mario, es el mismo Mario, que yo conozco, ósea mi hermano, bueno no exactamente mi hermano, pero mi hermano al fin y al cabo.

— ¿Él es Mario Black?— ése idiota junto con su padre, se llevaron a mi hermana lejos de su familia.

— sí, ¿ahora ves, porque me molesta tanto, que estés con él?

— Pero si no estoy con él, hablamos una vez, me invito un helado, y me reclamo como suya, desde ahí no hablamos nunca más— dije en mi defensa.

— bien, pues no volverás a hablar con él.

— ok, pero antes tengo que hablar una sola cosa con él— dije dirigiéndome hacia ese idiota.

— ok p… ¿Qué? Noooo, Elissabet espera—dijo tratando de tomarme del brazo, por supuesto no lo consiguió.

Me comencé a acercar a él, y escuche como Caro venia corriendo tras de mí, comencé a acelerar mi paso, hasta que estuve frente a él, no lo recordaba tan alto ni tan musculoso, se había cortado su cabello, y lo hacía ver aún más sexy, —Elissabet contrólate—, me pegue una bofetada internamente, —él y su padre se llevaron a Caro— cierto cierto cierto.

— ¿Mario?

— ehm… hola— dijo poniendo su estúpida sonrisa que hacía que me temblaran las piernas.

— Hola—dije fría.

— ¿Caroline?

— Mario— dijo tratando de sonar fría, sabía que de un momento a otro lloraría sería mejor sacarla de aquí, osino se pondría a llorar frente a éste estúpido.

— Caroline— le dijo abrazándola, ella le devolvió el abrazo, al parecer se extrañaban mucho— hermanita, no sabes cuánto te he extrañado, mejor dicho cuanto te hemos extrañado.

— no quiero que hablemos de él.

— pero…

— Por favor— le dijo en tono de súplica.

— bueno, pero no solamente yo te he extrañado, los chicos también.

— owww ¿en serio? Yo también los he extrañado, al parecer has hecho ejercicio fortachón— decía golpeándolo en el hombro.

— bien yo los dejo solos, caro te espero en casa.

— bueno ve con cuidado.

— Adiós— dije y me despedí solamente de Caroline— ah caro, ¿te dejo el auto?

— no Elissa no te preocupes, le digo a Andrew que me lleve.

— hermanita eso no es necesario, yo te llevo.

— Owww en serio—dijo dando saltitos de felicidad.

— sí.

— okis, bueno nos vemos.

— adiós.

Me subí a mi auto, un lindo y rojo Ferrari haciendo sonar las ruedas, me encanta hacer eso, aunque Andrew me reprenda, puse la radio, y estaba ésta canción, creo que se llama Last Friday Night me puse a cantarla, y la gente de los otros autos me miraban y me sonreían, yo solo seguía cantando, amo esta canción, pero no más que Call Me Maybe. Mientras conducía, me puse a pensar en Mario, no lo recordaba tan lindo, estaba más musculoso, como bien había dicho Caro, pero me quito a mi hermana, —en realidad fue tu padre el que se las entrego ~cierto pero… —además no te la quito él, te la quito su padre ~es verdad pero…—además admite te gusto un poco ~bien solo un poco —Siiiii— dijo mi sub-consiente, definitivamente estoy chiflada, hablando con mi conciencia, comencé a reír, mientras esperaba que dieran luz verde, un auto plateado, creo que un volvo, no estoy segura, se paró al lado mío, tenía vidrio polarizados, pero seguro era un chico, hizo sonar su motor, y yo lo imite, claro quería echar una carrera, y yo no perdería, nunca pierdo, vi que parpadeaba, la luz verde del semáforo, donde hay un monito caminando, me fije en el semáforo, hice sonar una vez más el motor, y él me imito, pusieron verde, que empiece la diversión…

~ Edward.

Luego de mucho berrinche de parte de Ana, con Taylor y Lori, estuvimos quedándonos en el mismo hotel, ya que por mal tiempo, no habrían vuelos, por los próximos 3 días, 3 días sin poder ver a…

— ¿en qué piensas tanto?, o mejor dicho en quién piensa tanto dijo dando una risita burlona.

— En nadie— dije tratando de sonar despreocupado

— mmm ese nadie no tiene nada que ver con Elissabet ¿verdad?

— no se te puede ocultar nada, ¿cierto?

— Nop— dijo riendo.

— sí, pienso en Elissabet lo admito.

— ¿Y porque no se lo dices y ya?—dijo sentándose al lado mío.

— ¿Qué cosa?

—hay no te hagas Edward, sabes a que me refiero

—no me gusta

—te encanta y lo sabes, ¿Por qué no te declaras?

— porque… porque…

— ¿Por qué…?

—Porque a Taylor también le gusta— dije enojado

— ¿a Taylor?

—Sí, los escuché hablando en el avión— ella se largó a reír— Edward… o estas mal del oído o eres un idiota

— ¿por qué?

—porque en el avión no hablábamos de Elissabet

— ¿ah no? ¿Y de quien hablaban?

—de alguien, pero no de Elissabet, Taylor la quiere mucho… pero solo como amigos, él me dijo que la ve como hermana— oh…… eso cambia mucho las cosas

— ¿Y si le digo y me rechaza?— el día estaba frío a pesar de ser verano, una que otra gota caía, y eso en cierto modo me deprimía

— ¿no que los vampiros no lloran?

— no estoy llorando, además es porque bebemos sangre humana

— pero en crepúsculo los vampiros no lloran, no pueden.

— Sí, pero esto es la vida real, no una tonta película de vampiros— dije riendo.

— oye no digas eso sobre mi película favorita— dijo golpeándome en el brazo.

— Auch— dije fingiendo dolor.

— No creí que alguien que aparentara ser fuerte, y mujeriego pudiera verse tan débil y triste.

— Cuando se es vampiro, las emociones se maximizan, y yo cuando estaba vivo, era muy sentimental, incluso más que Taylor, pero cuando Alisson me lastimo, me volví lo que soy ahora— dije señalándome de arriba abajo.

— ¿un tipo que es cobarde porque no le dice a la chica que ama lo que siente?

— No lo podría haber dicho mejor —dije riendo junto a ella.

— Toma— dijo extendiendo un i-pod— descargue una canción que quizá te represente, escúchala, quizás te haga sentir mejor— dijo y se fue.

Se llamaba “aunque no te pueda ver” Le puse play, en un principio no la entendí, comencé a mirar por la ventana, vi la lluvia caer, y comencé a imaginármela, ahí sonriendo, como si esa sonrisa fuera por mí, quise imaginármela ahí abrazada junto a mí, me puse a pensar, que de un momento a otro, ella comenzó a significar todo para mí, que no me la podía sacar de la cabeza, que eso era lo que no me permitía, estar lejos de ella, no era su sangre, es que me había enamorado, sí al fin lo admito, me enamoré y no de una chica rubia de ojos azules de 1.80, no, me había enamorado de una chica, de cabello castaño, ojos chocolate, 1,68 una chica, con una sonrisa que deslumbra a cualquiera, viviré por ella, viviré para conquistarla, para que sea… para que sea… no sé qué decir, el amor no de mi vida, de mi existencia, no puedo vivir lejos de ella, la amo, y si es necesario lo gritaría a los 4 vientos, gritaría a los 4 vientos que ésa es la chica que me trae loco, termino la canción y la puse una y otra y otra vez, y cada vez que la escuchaba, la imaginaba ahí sonriendo para mí.

— ¿Edward?— dice Taylor

— Si— dije poniéndole pausa a la canción.

— nos iremos mañana.

— ¿mañana?

 — sí, es que en las noticias dice que mañana ya no habrá lluvia, por lo tanto abrirán las aerolíneas de nuevo.

— bueno, ¿Cómo esta Ana?

— quería irse a dormir, pero no le creí, así que por seguridad, la encerré en el sótano.

— bien, será mejor no arriesgarnos, vete a descansar, que ha sido un largo día.

— y una larga semana también, que descanses.

— tu igual.

Él se fue, nunca habíamos tenido una conversación tan buena, siempre nos poníamos a discutir, tal vez, Elissabet me está haciendo cambiar, ¿y si realmente a Taylor no le gusta Elissabet?

— Hey Edward— dijo Lori entrando a la habitación.

— Si— le conteste.

— ¿escuchaste la canción?

— Si –dije y sonreí— no sabes cuánto me ayudo.

— qué bueno, ¿y qué sacaste como conclusión?

— no me lo vas a creer.

— ¿tan así fue?

— Mmhm— dije asintiendo con la cabeza

— vamos dime, no creo que sea taaaan malo.

— no es malo, al contrario es muy bueno.

— bien, no me dejes con la intriga.

— me enamoré.

— ¿En serio?— dijo sonriendo.

— Si— ella corrió hacia mí y me abrazo.

— Hasta que lo reconoces— dijo mirándome.

— si es… ¿tú ya lo sabías?

— claro, cualquiera se hubiera dado cuenta, cuando hablabas de ella, se te iluminaban los ojos, y una sonrisa tonta se te formaba en los labios, igual que como la que tienes ahora.

— Es que es tan linda— sonreí aún más— pero necesito que me ayudes.

— claro ¿en qué?

— A conquistarla— dije algo con vergüenza ¿yo pidiendo ayuda? Wow.

— y donde quedo el señorito “encanto naturales”

— Es que dudo que con ella funcionen— dije rascando mi cabeza.

— bien, te ayudare pero no por ti— levante mis manos como si me estuvieran apuntando con un arma— por ella, porque sé que tendrá muy buena suerte en tener a alguien como tú a su lado, he visto cómo eres Edward, tienes un gran corazón, un corazón noble y sincero, que solo busca amor.

— bien pero no se lo digas a nadie.

— ok, será nuestro secreto— dijo riendo

— bueno ahora vámonos a dormir, que sino el señor “despierta temprano” nos regañara.

— cierto y nos tirara a ambos agua— dijo riendo junto conmigo.

— Hey Lori— dije casi en un susurro.

— ¿Qué?— dijo contestándome de la misma manera.

— Gracias— le dije sinceramente— por todo— termine mi frase.

Lori  solo cerró un ojo, y se metió a su habitación, yo también me metí a la mía, me quede solo en bóxer, y me metí a la cama, mañana me esperaría un largo día, y tendría que comenzar mi plan “conquistando a Elissabet”, después de imaginármela unas ochocientas veces, me dormí.

(...)

Desperté por los rayos del sol que entraban por la ventana, vi el reloj y marcaban las 07:45 am, me levante y me di una ducha, soñé nuevamente con Elissabet, solo quiero tenerla entre mis brazos y juntar nuestros labios. Terminé mi ducha y Salí, busque algo que ponerme, e hice mi maleta, ya que no la había hecho. Bajé las escaleras, y estaba solo Lori que estaba tomaba desayuno.

— ¿Edward que haces levantado tan temprano?

— Pues tenemos que viajar ¿no?— dije tranquilamente

— sí, pero siempre eres el último en levantarte.

— ¿pues no puedo levantarme un día temprano?

— Sí, no me molesta, podrías hacerlo más a menudo— dijo riendo.

— No me exijas tanto— y ambos nos reímos, escuchamos como Taylor bajaba las escaleras, era obvio que era él, ya que Ana estaba encerrada

— ¿Fuiste a despertar a Ana?— me dijo Taylor

—Sí, ya me despertó— dijo entrando a la cocina

— ¿La soltaste?— dije enojado.

— Yo no fui— le dije alarmado

—fui yo— Dijo Lori bebiendo café

— ¿Por qué lo hiciste?

— cálmate no podrá salir.

— ¿a no? ¿Y qué te hace pensar eso?— le dijo Taylor cruzado de brazos

— pues esto— dijo y nos mostró el anillo, con el que podíamos salir al sol sin quemarnos.

—Idiotas— dijo Ana en voz baja y saliendo de la habitación.

— Yo también te quiero hermanita— dije molestándola

— Vamos, se nos hace tarde— dijo Lori lavando las cosas

— ok, bajo mi maleta y nos vamos.

— bajas la mía por favor.

— claro.

(...)

Estamos por llegar a Londres, y dormí todo el camino soñé muchas veces con ella, y sueños muy lindos, el piloto habló diciendo que estábamos aterrizando, nos bajamos de avión, y vi que mi precioso volvo aún estaba ahí, después de estos 6 meses, aún está ahí, cuanto te extrañe.

— chicos adelántense, tengo cosas que hacer antes— les dije subiendo a mi bebé

— Bien pero no te tardes— dijo Taylor subiéndose a su auto que también estaba ahí, eso es lo bueno de Londres, no hay muchos robos.

— claro, nos vemos.

Salí disparado por la carretera, estaba vacío, de hecho habían muy poco autos, para ser un día viernes, paré en un semáforo, y la vi, si la vi a ella, a mí Elissabet en un auto al lado, hice rugir mi motor, y ella miro mi auto, tenía vidrios polarizados, así que no me veía, ella rugió su motor también, quiere una carrera… bien, rugió su motor, el semáforo dio en verde, y partimos, se fue adelante todo el camino, iba a su casa, que suerte yo también, sonreí, cuando estábamos por llegar, la pase y ella quedo atrás, estacione mi auto con mucho estilo, me puse mis lentes, y baje del auto, vi que ella se estaciono, bajo del auto, nos miramos y ella se metió a su casa, hay Dios, conquistarla no va a ser fácil.

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