~Alan
— ¿Puedes apartarte de mí
por favor?— dije una vez que la canción había terminado
— ¿Me dirás que no te
gustó?
— Lamento decepcionarte,
pero yo no soy tu fan— sonreí y me levanté, ella se apartó de mí seria.
Todas las sillas fueron
sacadas del gimnasio rápidamente y yo sacudí mi cabeza. Llamé a los chicos para
una mini reunión antes del partido, el otro equipo estaba del otro lado de la
cancha.
— Okey chicos…. Miren, sé
que estos idiotas son difíciles de vencer… pero nosotros somos
italianos y
ellos estadounidenses. Es seguro nuestro triunfo
— Pero ellos siempre nos
ganan— comenta un chico, Marco creo que se llama
— Corrección… ellos
siempre nos ganaban— él sonrío— ¿Quiénes somos?
— Los Pumas De Nápoles—
gritan todos
— ¿Qué queremos?
— Ganar— repiten
— ¿A quién la ganaremos?—
pregunto en un tono bajo
— A las Ratas De Arizona—
gritan fuerte, miro en dirección al otro equipo y si las miradas… matasen…
(…)
— Estoy Solo Grosse—
escucho como un chico me grita. Vamos en empate, los idiotas de Arizona no
hicieron dos goles en el primer tiempo, quedan cinco minutos para que el
partido termine, en fines del primer tiempo Matt hizo un gol y a los sesenta y
tres del segundo tiempo, Jimmy hizo otro.
Miro en su dirección y de
verdad está solo, nadie lo está marcando. Lanzo el balón por el aire y el chico
corre para alcanzarla. Se pasa a toda la defensa, el arquero está listo para
que el chico patee en su dirección. Me coloco cerca del arco y le hago señas al
chico para que me lance el balón.
El chico sonríe y lanza
el balón por el aire, como soy más alto que el arquero salto, los defensas corren
a empujarme… sin éxito, cabeceo y…
—
¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL! Que digo gol, fue golazo. ¡Del 14… del 14
señores!— escucho como el comentarista del partido grita por el micrófono
Los chicos corren a
abrazarme y escucho el pito que señala que el partido ha terminado… hemos
ganado. Miro en dirección a las bancas y la veo ahí celebrando junto con
Michelle, la hermana de Matt. Ella me saluda sonriendo yo le devuelvo el saludo
sonriendo
— Bien hecho Grosse— me
felicita el chico que me dio el pase para el gol
— Bien hecho tú— sonreí
— Soy Antoni Carvalho—
estiró su mano
— ¿Primera vez que juegas
en un partido así, verdad?— pregunté mientras caminábamos al camarín
— Sí, estaba nervioso—
reconoció
— Lo hiciste bien para
ser un novato
— Gracias
— Le diré al entrenador
que te considere más seguido— en sus ojos un brillo de esperanza
— Gracias— repitió y vi
cómo se iba a duchar.
Busqué la ropa para
ponerme, el día había sido agotador. Hoy el bar estuvo llenísimo, debe ser
porque es fin de mes y hay dinero. Me pagaron 26,00 €. Lo que es nada comparado con la operación
que debo pagar para Ángella... 65000 €. Hasta
ahora llevo ahorrado 1500, Ángella sufre
de Prolapso De Válvula Mitral, consiste en que una de las cuatro válvulas que
tiene, una no cierra bien.
Tengo que llevarla todas las semanas a la clínica para que le den antibióticos, pero eso no es suficiente, además cada
vez que la llevo pierdo ahorros. Los hospitales no tienen ese tipo de
medicamentos.
Termino de bañarme y me coloco una camiseta
blanca más unos jeans de color negro. Amo el color negro, a diferencia de
Ángella. ¿Qué haría yo si ella no estuviera? Aún recuerdo cuando el doctor me
dijo lo que sucedía…
…3 Años Antes…
— Alan… lo que te diré es
algo muy delicado… tu hermana solo tiene cuatro años y… puede salir adelante
— Doctor… vaya al grano,
¿Por qué mi hermana tiene dificultad para respirar después de acostarse?
— Según los síntomas que
ha presentado…Vértigo, fatiga, Tos y esa constante molestia en el pecho…— me
decía revisando la ficha médica de Ángella—…ella tiene Prolapso De La Válvula
Mitral
— ¿Qué es eso?— pregunté
más preocupado que antes
— Es una enfermedad que
afecta al corazón, pero la cosa es que eso se puede controlar
— Genial— dije contento,
pero él siguió mirándome serio
—Ella necesita una
operación… ya que el ventrículo izquierdo está dilatado
— ¿Qué?— la sonrisa se me
borró inmediatamente
— Muchacho… sé que eres
muy maduro para tu edad… y que a pesar de que… tu madre se fue… y que estoy
seguro darías la vida por tu hermana si fuese necesario… debemos mandarlos a un
hogar de menores
— No puede hacerlo,
además usted es Doctor… conocía a mi padre, eran compañeros de trabajo y se
conocían desde la escuela… no lo haga, sabe que allá nos separaran y no podré
ver a Ángella nuevamente
— Lo sé, pero…
— Por favor— lo miré
suplicante, él asintió con la cabeza
— Deberás juntar el
dinero para pagar la operación
— ¿Hasta cuándo tengo?
— La operación debe
hacerse lo antes posible… pero según los exámenes que le hemos hecho… ella no
superará los ocho años de vida
Y ahí mi mundo se fue
abajo.
…Actualidad…
— ¿Hey?— vi como Matt
pasaba la mano frente a mí— Tierra llamando a Alan— vi a todos los chicos allí
mirándome
— ¿Qué quieres Bartoli?—
dije tomando mis cosas
— Con los chicos y las
chicas iremos a celebrar que ganamos, ¿Vienes?
— No puedo, tengo que ir
con Ángella
— Sabía que dirías eso,
así que… Ya lo arreglé todo y se quedará a dormir en mi casa, ella y Michelle
se la pasarán genial
— No puedo, tiene que
tomarse sus medicamentos al despertar y no los tengo aquí
— Papá se los consigue,
tiene sus contactos— me guiñó un ojo. Matt venía de una familia con mucho
dinero, sus padres eran dueños de un banco, siempre me ha ofrecido pagarme el
dinero para la operación… pero no puedo aceptarlo. Aunque viendo el hecho de
que como mesero en un Bar no gano mucho dinero…
— Pero…— no tenía
escapatoria y él lo sabía, su sonrisa de lado me lo demostraba— Okey, pero no
hasta tan tarde, mañana trabajo— me excusé
— No seas mentiroso, Tu
jefe llamó mientras te bañabas y dijo que mañana era tu día libre por haber
trabajado el feriado de la semana pasada— Rayos
— Eres un metiche
— Igual me adoras Grosse
— Ya quisieras Bartoli—
sonreí
(…)
— ¡Por Alan que hizo el
gol del triunfo!— gritó un chico que no pude ver quien era, la casa estaba
llena. Ni siquiera sabía de quien era la casa, lo único que sabía era que todos
terminaría ebrios y teniendo sexo con alguna porrista. Por eso y muchos más
motivos odiaba las fiestas
— ¡Por Alán! — gritaron
todos, sonreí incómodo. Odiaba ser el centro de atención
Todos comenzaron a beber
y a bailar, así que nadie se dio cuenta de que me escabullí de la fiesta para
ir al patio trasero. Era bastante grande, la mayoría de los chicos en el
instituto eran hijos de millonarios, yo también lo era hasta que mi padre murió
y esa señora que se hace llamar mi madre… nos abandonó llevándose todo el
dinero que le correspondía por ser la esposa del gran doctor difunto Antoine
Grosse, yo me gané una beca de estudio y
deporte así que me tuve que quedar allí, por eso tengo que estudiar tanto. Si
pierdo esa beca adiós estudios, adiós posibilidad de estudiar y ganar dinero
para Ángella, adiós todo.
La casa tiene una fuente
de agua, tiene monedas dentro ¿De verdad creen que los deseos se cumplen por el
hecho de qué tires una moneda a un lugar con agua? Siento una presencia detrás
de mí, veo una sombra en el suelo, la luz de la casa me permite verlo… tiene
figura de mujer. Escucho como se acerca y me giro a verla…
~ Lucy
— ¿Oye has visto a Alex?—
pregunto a un grupo de chicos que están comiendo pizza y bebiendo cerveza
— ¿La sexy chica
inteligente?
— Sí, ella misma— y así dice que no tiene admiradores, me
río de mis pensamientos
— Está hablando con Matt
por allá— dijo uno de ellos
— ¿Matt? ¿Matt Bartoli?
— Pues sí, es el único
que conozco— todos rieron
— Bueno, gracias— dije
alejándome de ahí
— Hey, Di Pietro— escucho
como me llaman, miro a los chicos— ¿Cuándo me dirás que sí para salir?—
preguntó uno de ellos, Jimmy creo que se llama. Creo que él es el dueño de la
cas
— Cuándo tengas buen
gusto y no invites a la plástica de Alicia a una cita antes que a mí— sonreí,
los chicos comenzaron a reírse en la cara del chico que quedó rojo
Ya que mi mejor amiga
estaba con Matt, el chico que odia, y acá adentro estaba haciendo mucho calor.
Caminé fuera de la casa hacia el patio.
Cuando vi que brindaban
por el idiota, engreído y estúpido de Alan Grosse fui a la cocina en busca de
agua, verdaderamente odiaba a ese tipo… aunque admito que me dio ternura ver
como se despedía de su pequeña hermana. Debe ser horrible para la niña tenerlo
como hermano, ha de ser mucho peor que en el instituto.
Vi la fuente de agua que
había justo en medio del patio, comencé a caminar hacia allí… me encantaba
pedir deseos en esas cosas, aunque no siempre se cumplían. A medida que me
acercaba a la fuente pude distinguir a alguien parado de espalda frente la
fuente, ¿Quién era y por qué no estaba adentro babeándose con alguna de las
chicas?
Se giró a verme y me di
cuenta quien era, inmediatamente quise no haber salido de la casa
— ¿Qué haces acá?—
preguntamos al mismo tiempo
— No quería estar adentro
¿Y tú?— contesté
— No tengo porque darte
explicaciones— se giró nuevamente y miró al cielo
— ¿Por qué me odias?— me
puse frente a él para enfrentarlo. Era mucho más alto que yo
— No te odio— se río
amargamente— solo no me agradan las chicas como tú
— Ni siquiera me conoces—
rebatí enfadada ya de su actitud
— Te lo repito, no me
interesa conocerte
— ¿Sabes cuál es tu
problema?— él me miró y ladeo la cabeza a la izquierda cruzándose de brazos
— ¿Cuál?
— Juzgas a las personas
sin conocerlas
— No es necesario
conocerte para saber cómo eres
— ¿Y según tú, cómo soy?—
él me miró de arriba abajo y a diferencia de otros chicos no se quedó mirando
más de la cuenta entre mi clavícula y mis costillas
— Eres superficial, mimada,
caprichosa, egoísta, superficial y… por sobre todo… miras en menos a todo el
que no sea de tu clase social— yo no soy así, ¿Verdad?— ¿Acerté?
— Tú no sabes lo que es
ser yo— dije con enojo, dolor y tristeza
— Debe ser muy difícil
que te regalen un celular morado cuando tú pediste uno blanco— contestó
sarcástico
— Eres un idiota— caminé
hacia la casa, tomaría a Alex y nos iríamos de allí
— Y tú eres petulante—me
detuve al lado de la fuente
— ¿Sabes? Aunque dudo que
se cumpla lo pediré— dije sacando una moneda de mi bolsillo
— Desearía que vivas
lo que vivo yo— dije y lancé la moneda al agua
— Y aunque no creo en
estas cosas de deseos… Desearía que tú, niñita caprichosa, vivieses lo que vivo
yo— y lanzó la moneda también
Me alejé de allí lo más
rápido que pude, odio a este chico con todas mis fuerzas, lo odio más que a
Alicia incluso, ojalá se muriera. Salí de la casa y me subí a mi auto para ir a
casa. Cuando llegué allá todo estaba apagado, de seguro mis padres estaban
durmiendo, subí a mi habitación y me lancé a la cama agotada.
Muy pronto las lágrimas
inundaron mi almohada.
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