— ¿Por qué no me
dijiste que Lori estaba del lado de Alisson? — pregunté, él se quedó quieto
— Me enteré
cuando tú y yo estábamos separados— se giró a verme
— ¿Y por qué no
me llamaste?— levantó una ceja— oh…— dije dándome cuenta— ¿Por eso tanta
llamada?
— Por eso y
porque te extrañaba. Además cuando te llamé la última vez te iba a decir pero
llegó el id… Alexander— cambió de palabra a último momento
— Okey, vamos—
me vestí nuevamente y caminé hacia el baño para no llorar al recordar a
Alexander
Saqué mi cepillo
para el cabello de mi bolso y comencé a peinarme, mi cabello era un desastre.
Me miré en el espejo y me veía distinta… aún se me veía algo de estómago,
supongo que a medida que pasaran los días mi estómago volvería a ser como
antes, siento unas manos en mi cuello y por el espejo veo al chico que amo
mirarme con una mirada extraña Te amo,
dijo en sus pensamientos… sonreí.
— ¿Vamos?—
preguntó y yo asentí
(…)
— ¡Chicos,
llegamos!— anunció Edward entrando a la casa después de mí
La casa estaba
igual, no había salido de mi habitación desde la muerte… de… Alexander, Edward
se acostaba a mi lado a abrazarme por horas y horas, besando mi hombro y
acariciando mi cabello a mitad de la noche cuando despertaba llorando por las
pesadillas que me atormentaban.
Avancé hacia la
sala de estar y vi que las cunas ya no estaban y en su lugar había unas
maletas, miré a Edward extrañada ¿por qué había unas maletas ahí?
— En seguida te
digo, espérame un momento— dijo antes de perderse en las escaleras.
Recorrí el lugar
como si fuese lo más extraño del mundo, como si nunca hubiese vivido aquí. Los
recuerdos con Alexander comenzaron a invadirme uno por uno…
— ¿Y lo
extrañas?
— Sí, pero me
dijo que abortara y eso no puedo perdonarlo— dije dolida
— Quizás él
tiene miedo
— ¿De qué?
— Tú me hablaste
de Alisson ¿No es así?— yo asentí— y por lo que me dijiste… él tiene miedo de
perderte ¿Verdad?
— Eso no es
motivo para decir lo que dijo— él tomó mi mano
— Elissabet… ese
chico te adora, todo su amor se le sale por los poros… me mira con odio cuando
estoy cerca tuyo— me río— Quizás él lo dijo porque estaba enfadado, estresado o
que se yo. No debe ser fácil recibir la noticia de que tendrás gemelos— me
quedé mirándolo detenidamente, su cabello revuelto, sus ojos compasivos y con
ojeras, su nariz perfectamente alineada y sus labios entre abiertos, la
camiseta sin mangas dejaba ver sus brazos que estaban bien dotados— ¿Por qué me
miras así?— me preguntó
— ¿Por qué
tratas de defenderlo?
— Porque debe
ser difícil estar separado de la persona que amas, yo no puedo estar ni dos
minutos sin escucharte y me imagino todo lo que él debe sufrir al estar solo un
mes y medio sin ti— sonreí
— Eres una
ternura
— ¿Tanto como
Manjar?
— No, nadie se
compara con manjar— con solo decir su nombre, se escucharon sus patitas
corriendo
— Te amo— me
dijo de la nada, yo lo miré y no pude decir nada
— ¿Hey? ¿Todo
bien?— parpadee repetidas veces antes de darme cuenta que Edward estaba frente
a mi pasando su mano frente a mi cara
— Sí, solo…
pensaba— saqué el ceño fruncido de mi cara y sonreí lo mejor que pude
— ¿Segura?—
Asentí— Puedo leer tus pensamientos Elissabet
— ¿Para qué son
las maletas?— cambié de tema
— Nos regresamos
a Oxford, Manchester no es tan lindo como esperaba— tomó las maletas que
estaban en la sala, que eran todas mías y salió de la casa para meterlas en el
maletero
— Los chicos no
están— dije apoyada en la puerta de la casa mientras veía como guardaba las
cosas
— Llevaron a
Ethan y Fernanda de paseo
— Oh— fue lo
único que logré decir
— ¿Qué pasa?— me
preguntó acariciando mi mejilla
— Los bebés ya
nacieron Edward y…
— Elissabet no
quiero discutir por eso, no dejaré que te pongas en peligro y menos a nuestros
hijos
— Pero ¿y Ana?
— Ya pensaremos
en eso con los chicos, pero tú no te pondrás en peligro
— ¿Y Lori?— él
bajó la cabeza un momento
— Ella ya
decidió con quien estar— besó mi frente y dio el tema como zanjado
Entramos a la
casa y subí para ver si no se nos quedaba nada en las habitaciones, fui una por
una… hasta que llegué en la que dormía Alexander. Aunque sus cosas se las
habían dado a su familia… su olor aún estaba ahí. Un nuevo recuerdo llegó a mí…
— ¿Chocolate o
Vainilla?— me preguntó mientras sacaba el helado de la nevera
— Ambos— sonreí,
mis bebés de casi ocho meses tenían mucha hambre
— Aquí está su
helado, bella dama— dijo pasándome un vaso con helado y luego me guiñó el ojo
— Gracias, mis
bebés te lo agradecen— sonreí
— Tienes…— se
pasó una mano por la comisura de sus labios
— ¿Qué?—
pregunté sin entender, él sonrió y pasó su dedo por la comisura de mis labios
— Tenías
chocolate— dejó la mano ahí, nos mirábamos a los ojos y de pronto las ganas de
comer helado se me habían ido.
Él comenzó a acercarse lentamente a mí, no, no,
no, no. Estaba a unos centímetros de mí, podía sentir su respiración sobre mi
piel, nuestros labios se rozaban y me alejé
— Alexander no— me levanté del
asiento y dejé el helado sobre la mesa
— ¿Por qué no?—
preguntó
— Porque estoy
casada, embarazada y no me gustas
— Estás separada
de él hace dos meses y un poco más, y sé que al menos sientes una atracción por
mí
— No— dije
segura
— ¿Qué tiene él
que no tengo yo?— cerré los ojos tratando de tranquilizarme
— Él es el padre
de mis hijos, el hombre que escogí para pasar el resto de mi vida, y al que amo
más que a nadie
— Entonces, si
dices amarlo tanto ¿Por qué te fuiste de su lado? ¿Por qué me pediste que
viviera contigo sabiendo lo que siento por ti? ¿Por qué me haces sufrir así?—
sentía las lágrimas picar en mis ojos
— ¡No lo sé!—
grité enfadada
— Al menos dime
si te gusto— pidió
— No— traté de
sonar lo más suave posible— Eres un gran amigo, eres un excelente compañero de
casa, eres el…
—…chico que
cualquier chica desearía tener, sí ya me lo has dicho antes— completó mi
oración— pero no soy el chico que tú deseas tener— caminó por la sala de estar
de un lado a otro— he tratado de conquistarte estos meses y no funciona, ¿Qué
estoy haciendo mal?— caminé hacia él y acaricié su mentón
— El problema no
eres tú, el problema es que yo ya tengo mi corazón ocupado
Parpadeé
repetidas veces y me encontré nuevamente con la habitación vacía. Cerré la
puerta y bajé las escaleras para encontrarme a Edward, Taylor, Caroline, Andrew
y Rose hablando animadamente en la sala de estar. Miré en la habitación y
Fernanda junto con Ethan estaban en las cunas. Caminé hacia los chicos que se
levantaron rápidamente.
— ¿Vamos?—
preguntó Edward
— ¿Ustedes
también irán?
— Sí— contestó
Caroline— tenemos que finalizar los preparativos para la boda— sonrió mirando a
Taylor
Caminé hacia la
cuna de los bebés y los miré a cada uno… Eran bellísimos ¿Nacieron hace tres
días y ya tienen los ojos abiertos?
— Su crecimiento
es más rápido que un niño normal— susurró Edward en mi oído— En un par de
semanas se verán como niños de tres años
— ¿Cómo es eso
posible?
— Misterios de
la vida inmortal— se encogió de hombros— Vamos
Tomó a Fernanda
en brazos y yo a Ethan, los chicos supongo que ya se había ido, ya que
estábamos solos
Salimos de la
casa y metimos a nuestros hijos en sus sillas, cuando me acerqué a abrochar a
Ethan miré a sus ojos, tenía unos hermosos ojos color café… como los míos,
sonreí. Me acerqué a él y besé su frente.
Me subí al lado
del copiloto y Edward ya estaba sentado. Encendió el motor del auto para viajar
nuevamente a Oxford.
— Me alegro de
que no hayas hecho lo que te dije en cuanto a nuestros hijos— fue lo último que
escuché antes de dormirme profundamente
(…)
Me froté los
ojos al ir despertando poco a poco, miré por la ventana y vi que Edward se
estacionaba en nuestra antigua casa.
— ¿Lady?— me
giré a verlo
— ¿Sí?
— Te ves
preciosa durmiendo— sonreí y él bajó del auto para abrirme la puerta
— ¿Hogar dulce
hogar?— pregunto mirando la casa nuevamente
— Hogar dulce
hogar— besa mi mejilla y se dirige a sacar a los bebés del auto
Lo sigo y saco
el cinturón de Ethan, una vez que lo tomo en brazos me quedo mirándolo y me
sonríe… definitivamente es lo más lindo que he visto, la sonrisa de mi hijo… me
da tranquilidad, seguridad… me provoca alegría.
Entramos a la
casa y con mi niño en brazos subo a su habitación, está igual de linda como
recuerdo.
— Mira mi amor,
ésta será tu habitación y la de tu hermana— le hablo al bebé, él balbucea,
sonrío— ¿Tienes hambre?— vuelve a balbucear y lo tomo como un sí.
Bajo a la cocina
y abro la nevera, busco la leche que está ahí y la sirvo en un vaso.
— ¿Sabes que a
un bebé se le da una leche especial?— escucho la burlona voz de Edward atrás
— Obvio que sí—
trato de que mi voz no me delate— era… para mí— sonrío girándome
— ¿Tomas leche
ahora?
— Claro— bebo el
vaso de leche, a los dos segundos ya quiero vomitarlo
—
¿Quieres ir a devolverlo no es así?— asiento y siento como la leche sube por mi
garganta
Le
paso a Edward a Ethan y corro al baño, llego justo a tiempo y devuelvo la leche
que bebí. Gracias a Dios no fue todo el vaso, odio el sabor a comida vencida
que tiene ¿Cómo podía gustarme tanto eso antes?
Me
levanto, tiro de la cadena y me lavo la boca y la cara en el lavamanos. Siento
una vibración en mi bolsillo del pantalón, saco mi teléfono y veo que me han
enviado una imagen como mensaje, lo abro y casi caigo de la impresión. El
número es desconocido pero la persona que hay en la foto no.
—
Lady los… ¿Lady qué pasa?— Edward se acerca rápidamente a mí— estás temblando
¿Qué ocurre?
—
Ana…— es lo único que logro decir, Edward me quita el teléfono de las manos y
siento como se tensa rápidamente
La
imagen muestra a Ana… muerta, le ha sacado la cabeza y hay sangre a su
alrededor. Las lágrimas comienzan a caer rápidamente por mis mejillas y la
culpa se expande.
—
Hay un mensaje— escucho a Edward
—
¿Qué dice?
—
“¿Ves lo que ocurre por tu culpa,
Elissabet?” — estoy segura de quien fue, no hay que ser un genio para
saberlo— Esto no es tu culpa Elissabet
—
Sabes que si lo es, nada de esto hubiese pasado si no me hubiese enamorado de
ti— digo con rabia y tristeza mezclada
—
Esto no es por ti, ella lo hubiese hecho con cualquier chica que hubiese estado
conmigo
—
Tengo que enfrentarla— salgo por la puerta del baño, pero rápidamente me
detienen
—
No lo harás
—
Tú no puedes decirme que hacer, no soy de tu propiedad— lo enfrento
—
Eres mi esposa, la persona que amo. Nunca dejaría que pusieses tu vida en
peligro
—
¡Tu hermana acaba de morir por mi culpa!— chillo enfadada
—
¿Qué?— escucho la voz de Andrew detrás de mí
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El 2014 está pronto a llegar a su fin, les deseo lo mejor en éste nuevo año.... y no olviden sonreír..... alguien se puede enamorar de su sonrisa.
Los amo, feliz año a todos los países
Diganme q es una mentira inventada por mala de la historia es q no lo puedo creer Ana no puede estar muerta
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