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miércoles, 31 de diciembre de 2014

Capítulo 19~ ATP

— ¿Por qué no me dijiste que Lori estaba del lado de Alisson? — pregunté, él se quedó quieto

— Me enteré cuando tú y yo estábamos separados— se giró a verme

— ¿Y por qué no me llamaste?— levantó una ceja— oh…— dije dándome cuenta— ¿Por eso tanta llamada?

— Por eso y porque te extrañaba. Además cuando te llamé la última vez te iba a decir pero llegó el id… Alexander— cambió de palabra a último momento

— Okey, vamos— me vestí nuevamente y caminé hacia el baño para no llorar al recordar a Alexander

Saqué mi cepillo para el cabello de mi bolso y comencé a peinarme, mi cabello era un desastre. Me miré en el espejo y me veía distinta… aún se me veía algo de estómago, supongo que a medida que pasaran los días mi estómago volvería a ser como antes, siento unas manos en mi cuello y por el espejo veo al chico que amo mirarme con una mirada extraña Te amo, dijo en sus pensamientos… sonreí.

— ¿Vamos?— preguntó y yo asentí

(…)

— ¡Chicos, llegamos!— anunció Edward entrando a la casa después de mí

La casa estaba igual, no había salido de mi habitación desde la muerte… de… Alexander, Edward se acostaba a mi lado a abrazarme por horas y horas, besando mi hombro y acariciando mi cabello a mitad de la noche cuando despertaba llorando por las pesadillas que me atormentaban.

Avancé hacia la sala de estar y vi que las cunas ya no estaban y en su lugar había unas maletas, miré a Edward extrañada ¿por qué había unas maletas ahí?

— En seguida te digo, espérame un momento— dijo antes de perderse en las escaleras.

Recorrí el lugar como si fuese lo más extraño del mundo, como si nunca hubiese vivido aquí. Los recuerdos con Alexander comenzaron a invadirme uno por uno…

— ¿Y lo extrañas?

— Sí, pero me dijo que abortara y eso no puedo perdonarlo— dije dolida

— Quizás él tiene miedo

— ¿De qué?

— Tú me hablaste de Alisson ¿No es así?— yo asentí— y por lo que me dijiste… él tiene miedo de perderte ¿Verdad?

— Eso no es motivo para decir lo que dijo— él tomó mi mano

— Elissabet… ese chico te adora, todo su amor se le sale por los poros… me mira con odio cuando estoy cerca tuyo— me río— Quizás él lo dijo porque estaba enfadado, estresado o que se yo. No debe ser fácil recibir la noticia de que tendrás gemelos— me quedé mirándolo detenidamente, su cabello revuelto, sus ojos compasivos y con ojeras, su nariz perfectamente alineada y sus labios entre abiertos, la camiseta sin mangas dejaba ver sus brazos que estaban bien dotados— ¿Por qué me miras así?— me preguntó

— ¿Por qué tratas de defenderlo?

— Porque debe ser difícil estar separado de la persona que amas, yo no puedo estar ni dos minutos sin escucharte y me imagino todo lo que él debe sufrir al estar solo un mes y medio sin ti— sonreí

— Eres una ternura

— ¿Tanto como Manjar?

— No, nadie se compara con manjar— con solo decir su nombre, se escucharon sus patitas corriendo

— Te amo— me dijo de la nada, yo lo miré y no pude decir nada

— ¿Hey? ¿Todo bien?— parpadee repetidas veces antes de darme cuenta que Edward estaba frente a mi pasando su mano frente a mi cara

— Sí, solo… pensaba— saqué el ceño fruncido de mi cara y sonreí lo mejor que pude

— ¿Segura?— Asentí— Puedo leer tus pensamientos Elissabet

— ¿Para qué son las maletas?— cambié de tema

— Nos regresamos a Oxford, Manchester no es tan lindo como esperaba— tomó las maletas que estaban en la sala, que eran todas mías y salió de la casa para meterlas en el maletero

— Los chicos no están— dije apoyada en la puerta de la casa mientras veía como guardaba las cosas

— Llevaron a Ethan y Fernanda de paseo

— Oh— fue lo único que logré decir

— ¿Qué pasa?— me preguntó acariciando mi mejilla

— Los bebés ya nacieron Edward y…

— Elissabet no quiero discutir por eso, no dejaré que te pongas en peligro y menos a nuestros hijos

— Pero ¿y Ana?

— Ya pensaremos en eso con los chicos, pero tú no te pondrás en peligro

— ¿Y Lori?— él bajó la cabeza un momento

— Ella ya decidió con quien estar— besó mi frente y dio el tema como zanjado

Entramos a la casa y subí para ver si no se nos quedaba nada en las habitaciones, fui una por una… hasta que llegué en la que dormía Alexander. Aunque sus cosas se las habían dado a su familia… su olor aún estaba ahí. Un nuevo recuerdo llegó a mí…

— ¿Chocolate o Vainilla?— me preguntó mientras sacaba el helado de la nevera

— Ambos— sonreí, mis bebés de casi ocho meses tenían mucha hambre

— Aquí está su helado, bella dama— dijo pasándome un vaso con helado y luego me guiñó el ojo

— Gracias, mis bebés te lo agradecen— sonreí

— Tienes…— se pasó una mano por la comisura de sus labios

— ¿Qué?— pregunté sin entender, él sonrió y pasó su dedo por la comisura de mis labios

— Tenías chocolate— dejó la mano ahí, nos mirábamos a los ojos y de pronto las ganas de comer helado se me habían ido. 

Él comenzó a acercarse lentamente a mí, no, no, no, no. Estaba a unos centímetros de mí, podía sentir su respiración sobre mi piel, nuestros labios se rozaban y me alejé

— Alexander no— me levanté del asiento y dejé el helado sobre la mesa

— ¿Por qué no?— preguntó

— Porque estoy casada, embarazada y no me gustas

— Estás separada de él hace dos meses y un poco más, y sé que al menos sientes una atracción por mí

— No— dije segura

— ¿Qué tiene él que no tengo yo?— cerré los ojos tratando de tranquilizarme

— Él es el padre de mis hijos, el hombre que escogí para pasar el resto de mi vida, y al que amo más que a nadie

— Entonces, si dices amarlo tanto ¿Por qué te fuiste de su lado? ¿Por qué me pediste que viviera contigo sabiendo lo que siento por ti? ¿Por qué me haces sufrir así?— sentía las lágrimas picar en mis ojos

— ¡No lo sé!— grité enfadada

— Al menos dime si te gusto— pidió

— No— traté de sonar lo más suave posible— Eres un gran amigo, eres un excelente compañero de casa, eres el…

—…chico que cualquier chica desearía tener, sí ya me lo has dicho antes— completó mi oración— pero no soy el chico que tú deseas tener— caminó por la sala de estar de un lado a otro— he tratado de conquistarte estos meses y no funciona, ¿Qué estoy haciendo mal?— caminé hacia él y acaricié su mentón

— El problema no eres tú, el problema es que yo ya tengo mi corazón ocupado

Parpadeé repetidas veces y me encontré nuevamente con la habitación vacía. Cerré la puerta y bajé las escaleras para encontrarme a Edward, Taylor, Caroline, Andrew y Rose hablando animadamente en la sala de estar. Miré en la habitación y Fernanda junto con Ethan estaban en las cunas. Caminé hacia los chicos que se levantaron rápidamente.

— ¿Vamos?— preguntó Edward

— ¿Ustedes también irán?

— Sí— contestó Caroline— tenemos que finalizar los preparativos para la boda— sonrió mirando a Taylor

Caminé hacia la cuna de los bebés y los miré a cada uno… Eran bellísimos ¿Nacieron hace tres días y ya tienen los ojos abiertos?

— Su crecimiento es más rápido que un niño normal— susurró Edward en mi oído— En un par de semanas se verán como niños de tres años

— ¿Cómo es eso posible?

— Misterios de la vida inmortal— se encogió de hombros— Vamos

Tomó a Fernanda en brazos y yo a Ethan, los chicos supongo que ya se había ido, ya que estábamos solos

Salimos de la casa y metimos a nuestros hijos en sus sillas, cuando me acerqué a abrochar a Ethan miré a sus ojos, tenía unos hermosos ojos color café… como los míos, sonreí. Me acerqué a él y besé su frente.

Me subí al lado del copiloto y Edward ya estaba sentado. Encendió el motor del auto para viajar nuevamente a Oxford.

— Me alegro de que no hayas hecho lo que te dije en cuanto a nuestros hijos— fue lo último que escuché antes de dormirme profundamente

(…)

Me froté los ojos al ir despertando poco a poco, miré por la ventana y vi que Edward se estacionaba en nuestra antigua casa.

— ¿Lady?— me giré a verlo

— ¿Sí?

— Te ves preciosa durmiendo— sonreí y él bajó del auto para abrirme la puerta

— ¿Hogar dulce hogar?— pregunto mirando la casa nuevamente

— Hogar dulce hogar— besa mi mejilla y se dirige a sacar a los bebés del auto

Lo sigo y saco el cinturón de Ethan, una vez que lo tomo en brazos me quedo mirándolo y me sonríe… definitivamente es lo más lindo que he visto, la sonrisa de mi hijo… me da tranquilidad, seguridad… me provoca alegría.
Entramos a la casa y con mi niño en brazos subo a su habitación, está igual de linda como recuerdo.

— Mira mi amor, ésta será tu habitación y la de tu hermana— le hablo al bebé, él balbucea, sonrío— ¿Tienes hambre?— vuelve a balbucear y lo tomo como un sí.

Bajo a la cocina y abro la nevera, busco la leche que está ahí y la sirvo en un vaso.

— ¿Sabes que a un bebé se le da una leche especial?— escucho la burlona voz de Edward atrás

— Obvio que sí— trato de que mi voz no me delate— era… para mí— sonrío girándome

— ¿Tomas leche ahora?

— Claro— bebo el vaso de leche, a los dos segundos ya quiero vomitarlo

— ¿Quieres ir a devolverlo no es así?— asiento y siento como la leche sube por mi garganta

Le paso a Edward a Ethan y corro al baño, llego justo a tiempo y devuelvo la leche que bebí. Gracias a Dios no fue todo el vaso, odio el sabor a comida vencida que tiene ¿Cómo podía gustarme tanto eso antes?

Me levanto, tiro de la cadena y me lavo la boca y la cara en el lavamanos. Siento una vibración en mi bolsillo del pantalón, saco mi teléfono y veo que me han enviado una imagen como mensaje, lo abro y casi caigo de la impresión. El número es desconocido pero la persona que hay en la foto no.

— Lady los… ¿Lady qué pasa?— Edward se acerca rápidamente a mí— estás temblando ¿Qué ocurre?

— Ana…— es lo único que logro decir, Edward me quita el teléfono de las manos y siento como se tensa rápidamente

La imagen muestra a Ana… muerta, le ha sacado la cabeza y hay sangre a su alrededor. Las lágrimas comienzan a caer rápidamente por mis mejillas y la culpa se expande.

— Hay un mensaje— escucho a Edward

— ¿Qué dice?

“¿Ves lo que ocurre por tu culpa, Elissabet?” — estoy segura de quien fue, no hay que ser un genio para saberlo— Esto no es tu culpa Elissabet

— Sabes que si lo es, nada de esto hubiese pasado si no me hubiese enamorado de ti— digo con rabia y tristeza mezclada

— Esto no es por ti, ella lo hubiese hecho con cualquier chica que hubiese estado conmigo

— Tengo que enfrentarla— salgo por la puerta del baño, pero rápidamente me detienen

— No lo harás

— Tú no puedes decirme que hacer, no soy de tu propiedad— lo enfrento

— Eres mi esposa, la persona que amo. Nunca dejaría que pusieses tu vida en peligro

— ¡Tu hermana acaba de morir por mi culpa!— chillo enfadada

— ¿Qué?— escucho la voz de Andrew detrás de mí




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El 2014 está pronto a llegar a su fin, les deseo lo mejor en éste nuevo año.... y no olviden sonreír..... alguien se puede enamorar de su sonrisa.

Los amo, feliz año a todos los países 

1 comentario:

  1. Diganme q es una mentira inventada por mala de la historia es q no lo puedo creer Ana no puede estar muerta

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