— ¿Elissabet? —
preguntó una voz, escuché como Manjar comenzó a gruñir, levanté la vista y me
encontré con dos pares de ojos mirándome, unos azules y otro de color café,
mierda.
— Hola— logré
articular
— Tanto tiempo
sin vernos— decía… ella
— Dos años para
ser exactos— Edward tomó mi mano y yo lo miré, sus ojos expresaban confusión
— Sí, mucho
tiempo— sonreí forzadamente
— ¿Te importa si
nos sentamos? —me preguntó el idiota corriendo la silla para sentarse
— Claro, ¿por
qué no?— me reí incomoda
— ¿No nos
presentaras a tu novio?— su negro cabello estaba más largo desde la última vez
que nos vimos, se enrolló un mechón en su dedo. PERRA
— No soy su
novio, soy su esposo— dijo Edward hablando, puso nuestras manos unidas donde se
veían los anillos sobre la mesa
— ¿Te casaste?—
me preguntó el maldito sorprendido
— Sí, y fue lo
mejor que me pasó en la vida. Nunca había amado tanto a alguien— sonreí, él no
quitaba su mirada de los anillos
— Cariño, se nos
hace tarde ¿vamos?— preguntó la perra esa levantándose molesta al ver que el
idiota no dejaba de mirarme
— Claro—
articuló él
— Nos vemos,
estamos en contacto— se despidió ella, yo le sonreí forzadamente, cuando vi que
estaban lo bastante lejos hundí la cabeza entre mis brazos que estaban apoyados
en la mesa
— ¿Quiénes eran
ellos y por qué estabas tú llorando en los pensamientos de ambos?
— Edward…
— Dime quiénes
eran o te juro que iré a romperle la cara al imbécil ese y no podrás detenerme
— Acabas de
socializar con mi ex mejor amiga y mi ex novio— dije sin levantar la vista
— Lo mato— sentí
como Edward se levantó del asiento, me levanté rápidamente del asiento llevando
a Manjar conmigo y vi como Edward se dirigía hacia donde estaban Mike y Camille
que estaban unas tiendas más allá. Alcancé a tomar a Edward del brazo antes de
que se pusiera a pelear, ellos se habían ido sin notar la presencia de un
furioso Edward— ¿Qué crees que haces?
— Detenerte
antes de que hagas una locura
— ¿Por qué?
— Porque no
puedes ir golpeando a la gente porque sí— dije colocando mi manos en su pecho
para detenerlo
— ¡Él te engañó!—me
gritó furioso
— ¡Fue hace dos
años!— le contesté furiosa también
— ¡Es un idiota!
— ¡Tú También!
— Yo soy guapo,
él no— la gente a nuestro alrededor nos miraba, algunos disimulaban sonrisas
— ¿Por qué te enojas
tanto?
— Porque él se
merecía que yo lo golpeara
— ¡No te
entiendo!
— ¿Quieres saber
el verdadero motivo?— chilló enojado
— Sí— le
contesté enojada
— Porqué él es
tu ex, fue tu primer amor y tu primer beso, porque él te tuvo entre sus brazos primero
que yo y por sobretodo porque por culpa suya lloraste… y una princesa no debe
llorar— la gente a nuestro alrededor hizo un coro de “owww”
— ¿Y qué
importa? Tú eres mi esposo, el amor de mi vida, mi último beso, el dueño de mi
alma y por sobretodo… porque después de llorar por él te conocí a ti…. Y fue lo
mejor que me pasó en la vida— acaricie su mejilla con mi mano, él la tomo
igualmente y nos acercamos el uno al otro para juntar nuestros labios
La gente a
nuestro alrededor comenzó a aplaudir, nos separamos lentamente y nos miramos
directo a los ojos… estoy absoluta y jodidamente enamorada de este hombre.
(…)
— ¿Lori estás en
casa? — gritó una vez que entramos en la casa, solo se escuchan los ladridos de
Manjar corriendo en el patio trasero
— Creo que sólo
estamos los dos— dije revisando la cocina en señal de Lori, pero no había nada
— ¿Sabes qué
significa eso verdad?—sentí como los brazos de Edward rodeaban mi cintura
— Sí— me giré
para verlo a los ojos
— ¡A pintar el
cuarto del bebé!— gritó emocionado… pero yo creí que…
— Pero…
— No seas
golosa, espera hasta la noche— dijo besando cortamente mis labios, suspiré
frustrada e hice un puchero— vamos lady, el cuarto de nuestro bebé nos espera—
escuché como me gritaba desde la sala
Caminé hacia la
sala de estar y vi como Edward se había cambiado de ropa fina por algo más
cómodo, tenía una camiseta de color blanca sin mangas y unos jeans desgastados
que estaban rotos en algunas partes, su cabello revuelto lo hacía verse mucho
más atractivo que normalmente. ¿De verdad tengo que esperar hasta la noche?
Moví mi cabeza para eliminar esos pensamientos antes de que Edward me provocara
y terminara cayendo en su juego.
Subí rápidamente
a nuestra habitación para colócame ropa cómoda igualmente, busqué entre mi armario
y no encontraba nada que pudiese ocupar para pintar una habitación, tomé un
short y una camiseta de Edward me quedaba grande así que me sentía cómoda,
tapaba el short por lo que parecía como no estuviese con nada abajo. Me hice
una coleta alta para que el cabello no me tapara los ojos y bajé a tomar un
tarro de pintura
Edward elegía
colores aun para pintar la habitación, una vez que estaba al pie de la escalera
él se giró para verme, me miró a los ojos y luego fue bajando la mirada hasta
llegar a mis piernas.
— ¿Lo haces a
propósito verdad?
— ¿Hacer que
Amor? — pregunté tomando un tarro de pintura
— Ponerte esa
ropa— se levantó con un tarro de pintura color celeste
— No tenía más
ropa, además la tuya es cómoda— tomé un tarro de color amarillo suave
— No la
pintaremos amarilla— cambió rápidamente de tema
— Ni tampoco
celeste
— ¿Por qué no?
— Porque no será
niño
— Ni tampoco
niña— me quitó el tarro de las manos
— El amarillo es
neutro— le quité su tarro
— ¿Y blanco?
— Parecerá
hospital, no gracias— tomé el amarillo nuevamente
— Entonces negro
— Muy diabólico
— Azul
— Muy fuerte
— Naranjo
— Muy sol
— Rosado— vi
como Edward comenzaba a aburrirse
— No sabemos su
sexo
— Morado
— Muy Justin
Bieber
— Verde— dijo ya
con el ceño fruncido
— ¿Claro u
oscuro?
— ¡Me da igual!
Solo quiero ir a pintar la jodida habitación pronto— estalló enojado y escuché
como Manjar ladraba, se había sentado a su lado como si estuviese apoyándolo
— Huy que genio
el de ambos— dije tomando el tarro con pintura verde agua
Subí a la habitación
que estaría frente a la nuestra y abrí la puerta, la habitación a pesar de
estar vacía era muy linda y espaciosa, era de color blanco y tenía tres
ventanas, una que era la más grande tenía la vista hacia el lago y las otras
dos estaban una a cada esquina, el piso estaba alfombrado con una alfombra de
color gris, era fea. Gracias a Dios a Edward se le ocurrió comprar una alfombra
nueva, entré a la habitación dispuesta a pintar.
— Espera—
escuché como me decía
— ¿Y ahora qué?
— Hay que
colocar periódico en el piso para no ensuciar
— Edward la
alfombra es bastante fea así, si la pintamos le estaríamos haciendo un favor—
él comenzó a reír, vi que tenía otro tarro de pintura.
Tomé la brocha y
la unté en el tarro de pintura de color verde agua para comenzar a pintar.
Estuvimos más de dos horas pintando, bueno en realidad fueron tres horas, dos
las ocupamos en pintarnos más nosotros junto con Manjar y la otra hora pintamos
la habitación, pero dicen que la intención es lo que cuenta ¿no?
Una vez que
terminamos la habitación quedamos satisfechos con el trabajo. La habitación
había quedado esplendida, definitivamente nuestro hijo crecería feliz aquí. La
alfombra también había salido beneficiada ya que muchas manchas de pintura le
habían caído.
— Se ve hermosa
de color verde Señora Lowell— sonrió el en tono burlón
— Usted también
se ve hermoso de color rojo Señor Lowell— sonreí
— ¿De rojo? Pero
si no utilizamos rojo— comentó confundido, unté la brocha en el tarro de
pintura que estaba detrás de mí y lo salpiqué un poco… mucho— Lady, estás en
problemas— dijo él serio
Abrí los ojos,
solté lentamente la brocha y corrí rápidamente escaleras abajo, sentí como
Edward me seguía así que me escondí arriba de un árbol que estaba a un lado del
lago, observaba desde la copa como Edward me buscaba en el patio con la ayuda
de Manjar, ¿cuándo se hicieron tan unidos esos dos? Traté de no moverme, pero
mi pie hizo un ruido al resbalarse, Manjar miró hacia el árbol rogué a Dios
para que Edward no me hubiese escuchado. Pero fue en vano, ya que él
inmediatamente miró en mi dirección, lo salude con la mano y él lo hizo
igualmente con la mano que tenía una brocha
— ¿Cómo estás?
— Muy bien ¿y tú
lady?
— Bien gracias,
¿Qué haces?
— Nada, estaba
paseando por aquí solamente— me decía desde abajo del árbol
— Ah
Vi como él dejó
la brocha y el tarro de pintura en el piso y comenzó a mover el árbol repetidas
veces, el árbol comenzó a caer y mi cuerpo rápidamente estaba todo empapado.
— ¡Yo no te
mojé!— le grité desde el agua
— Me manchaste
con pintura roja— decía cruzado de brazos con una sonrisita en los labios
— No es lo mismo
— Obviamente no,
el rojo no me favorece— lo fulminé con la mirada, él me sonrió y luego se lanzó
al lago con ropa y todo— listo, ahora estamos igual— dijo llegando a mi lado
— Idiota— dije y
lo hundí en el agua, los ladridos manjar se escuchaban a lo lejos
— Amas a este
idiota— dijo levantándome en sus hombros para luego lanzarme al agua
Al sacar la
cabeza del agua él me sonreía, habíamos hecho el amor en todas las partes de la
casa pero no en el agua, ¿Cómo será?
— ¿Aun debo
esperar hasta la noche?
— Tu ropa pegada
al cuerpo no me convencerá lady— sonrió él
— ¿No?— le
sonreí, comencé a besarlo lentamente.
Pasé mis manos
alrededor de su cuello y él hizo que mis piernas rodearan su cintura, el agua
definitivamente lo hacía más fácil, su lengua y la mía ya estaban jugando por
ver quien ganaba la guerra donde todo se valía, sentí como la ropa comenzaba a
incomodarnos y él subió poco a poco mi camiseta que era suya, para tener más
accesibilidad
— ¿Andabas con
más ropa abajo verdad?
— Compruébalo
Sus manos agiles
comenzaron a rondar mis piernas y se encontró con el short, me miró
sonriendo. Decidí sacarle la camiseta
para igualar condiciones y él no opuso resistencia, sus bien delineados
músculos me volvían demente… eso y su cabello, sus labios, sus ojos… él.
Quede
completamente en ropa interior, comenzó a besar mi clavícula sabiendo que ese
era mi punto débil, eché mi cabeza hacia atrás para darle más facilidad a la
dirección de mi cuello, sus manos subían y bajan por mi espalda y las mías
desordenaban su cabello. Sentí como comenzaba a sacar mi brasier, lo miré a los
ojos y el brillo de entusiasmo estaba en su mirada, una vez que se deshizo de
él se encargó de mis bragas.
Comenzó a besar
mi estómago subiendo y bajando, dejando un camino de besos en cada recorrido,
sus pantalones también desaparecieron misteriosamente y él comenzó a buscar mi
mirada para saber si estaba lista, siempre hacía eso y me encantaba. Lo miré a
los ojos y sonreí, él se posiciono y estaba listo… cuando yo me moví para
esquivarlo, me quedó mirando con cara interrogante
— Hasta la noche
amor— le guiñé un ojo, él me miró serio
— No me hagas
esto ahora, estaba listo
— Pues tendrás
que estar listo en la noche también
— ¿Estás
jodiendome?
— Cuida sus
palabras señor Lowell
— No me interesa
cuidar las palabras quiero hacerte mía ahora
— CUIDADO CON LO
QUE LE DICES A MI HERMANA, LOWELL— escuché como gritaba una voz varonil desde
la orilla, Andrew, Caroline, Taylor, Rose y… Alexander nos miraban, ¿cuánto
habrán visto exactamente?
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¿Y Les gustó el capítulo? Espero que sí :3
Estupidos Mike y Camille, ¿quién quiere matarlos?
¿No son una ternura peleando?
Llegó la familia y alexander :o ¿que pasará ?
Espero ver sus comentarios hermosos ^.^
Estoy en éxamenes finales deseenme suerte :D
jajajajajajajaja u.u que mal plan los cacharon el la movida jejeje que feo y ahhh mato asu amiga que pe***
ResponderBorrarsuerte en tus examenes y esta muy bueno pero xq siempre nos dejas asi con ganas de seguir leyendo sigue la cuando puedas...
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